domingo, 21 de octubre de 2018

Inadmisible




Algunos políticos españoles, especialmente los independentistas catalanes, deberían recibir clases sobre Ciencias Políticas, incluso aprender a escuchar y a leer. Verán a qué me refiero, sin ánimo de ofensa por supuesto. A su vez, es inadmisible que no conozcan las normas básicas de convivencia que tenemos todos los españoles, ignoren quienes son los poderes del Estado y cuáles son los símbolos de España.

La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento. El tan nombrado sentido común catalán brilla por su ausencia en los políticos independentistas. Parecen ser analfabetos en lo ajeno y en lo que está relacionado con lo propio. No vale su excusa permanente amparada en su política frentista contra el Estado.

España es una Monarquía parlamentaria en una democracia donde el Estado de Derecho y la separación de poderes son nuestras señas de identidad. Para la mayoría no sería necesario decir que los poderes del Estado son el político, el legislativo y el judicial, pero atiendan los independentistas que parece no lo tienen claro.

Este año España cumple 40 años de la Constitución de 1978, una norma de convivencia que ha dado paz y prosperidad al pueblo español.  Sin el Rey Juan Carlos, quien lideró la transformación de España de la Dictadura a la Democracia, la historia sería otra y seguramente mucho más convulsa. Sin la moderación de la Corona con Felipe VI como su actual líder, los daños de la DUI hubieran sido mucho mayores. Muchos hechos acaecidos a partir de esa fecha corroboran esta afirmación, así como la de salvaguardar la imagen de España en el extranjero.

Los símbolos del Estado son la bandera roja y gualda, el himno español y la Corona encarnada en la figura del Rey o de la Reina. Atentar contra nuestros símbolos es atentar contra todos los españoles. Para atentar contra ellos no hace falta la violencia, basta la palabra y los malos gestos.

Reprobar al Rey en el Parlament Catalán es inadmisible, inaceptable, injustificable. Además, es una medida política y el Rey es ajeno al juego y a las reivindicaciones políticas. Hacerlo es sinónimo de una chiquillada sin sentido y no conocer el terreno que se pisa. No sirve para nada sino para abrir más la brecha entre españoles constitucionalistas y los que no lo son.

Comparto las contundentes palabras de Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno, en su cuenta de Twitter nada más conocerse dicha reprobación: “Es inadmisible la resolución votada esta tarde en el Parlament de Cataluña que pretende rechazar y condenar al Jefe del Estado”.  También es muy oportuno el comunicado del Gobierno español. Desde Moncloa se resalta que el Jefe del Estado debe quedar siempre fuera del debate partidista y anuncia medidas legales en defensa de la legalidad, la Constitución y las Instituciones del Estado. Este comunicado va más lejos y califica esta reprobación como “estravagancia jurídica” sin fundamento legal y constitucional.

Y todo porque Felipe VI ejerció como Rey contra un Golpe de Estado. De la misma manera que el Rey Juan Carlos se opuso al Golpe de Estado de Tejero en un mensaje televisado a toda España, Felipe VI lo hizo contra el de Puigdemont. No hay diferencia entre un Golpe de Estado y el otro salvo la indumentaria de cada uno de sus protagonistas: militar y civil respectivamente.  En una de sus primeras frases como Jefe del Estado en su memorable discurso del 3 de octubre el Rey Felipe VI dijo que se dirigía “a todos los españoles” añadiendo algunas frases después que “es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y el Estatuto de Autonomía” animando a esos poderes a que ejercieran sus prerrogativas. Posteriormente, dijo que se dirigía a “todos los catalanes” añadiendo que “desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley”. Terminó su discurso “dirigido a todo el pueblo español, para subrayar una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia”, resaltando su “entrega al entendimiento y la concordia entre españoles”, y terminó manifestando su “compromiso como Rey con la unidad y permanencia de España”.

Lean, lean, señores independentistas, también pueden escucharlo y verlo en la web de Casa Real.  Claro que no hay más ciego que aquel que no quiere ver. Pues eso.



Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press

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