69,
ese es el número. Y el empeño de que así es por quien nos lo cuenta. Y efectivamente, número
arriba, número abajo, 69 son las curvas que hay entre Campello y Aigues. Curvas
de todos los tipos: pequeñas, mediadas y muy grandes, pero curvas en cualquier
caso. Ideal para la pedaleada en bici, la carrera en moto, pero no tanto para
la conducción apasionada.
A
pesar de estas curvas ó gracias a ellas, Aigues se visita igual. Por su
encanto, por su cercanía a Alicante y, por supuesto, a Campello, por su
gastronomía, por la hospitalidad de sus gentes. Y, hace muchos años, por el
Preventorio de Aigues, siempre en boca de los parroquianos del lugar. Unos lo
añoran, otros hablan de él con nostalgia, a otros le gustaría que se
rehabilitara el edificio y se pusiera en marcha el proyecto de abrir sus
puertas de nuevo, proyecto que se aprobó en época de bonanza
económica y de la ya tristemente famosa burbuja inmobiliaria en España, pero
que se ha paralizado por la crisis económica.
el Preventorio, la pinada de Aigues, al fondo la playa de San Juan y Alicante
El
edificio principal del Preventorio de Aigues fue construido en 1838 por el
arquitecto Pedro García Faria. Al mismo tiempo, el Conde de Casa Rojas
embellecía los terrenos colindantes con diversas casas para quienes quisieran
disfrutar de las instalaciones del Preventorio pero alejados para evitar su bullicio. En 1865 el Marqués de Bosch inició la construcción del
Hotel Miramar y un nuevo balneario con las aguas termales de la zona. Este
hotel tenía casino, sala de fiesta, instalaciones deportivas, zona de juegos
para niños e iglesia. Su esplendor empezó a declinar alrededor de 1930.
En 1936
lo compró el Estado para convertirlo en hospital para niños con Tuberculosis.
Se cerró al extinguirse la enfermedad en los años 60. En 1973 el Patronato
Nacional Atituberculosis hizo un proyecto para rehabilitar el edificio, sin
éxito. En 1989 lo compró la empresa Prognosis para rehabilitarlo como balneario
y construir dos hoteles. No hubo entendimiento con el Ayuntamiento de esta
localidad para desarrollar este proyecto urbanístico. En 2006 las actuales
instalaciones del Preventorio y sus terrenos colindantes las compró Valentín
Botella, entonces Presidente del Hércules C.F. La empresa Procumasa es la que
iba realizar la rehabilitación y nuevas actuaciones en su entorno. El nuevo Balneario tendría un hotel de cinco
estrellas, piscinas, saunas, masajes, gimnasio, zona deportiva, sala de
convenciones y restaurantes, además de una urbanización de bungalows junto a la
pinada de la umbría del Cabezó d´Or.
ahora
proyecto de rehabilitación
Muchos
ancianos del lugar cuentan sus recuerdos en el Preventorio, unos como clientes,
otros como empleados: cocineros, camareros, enfermeros, … Todos destacan la vida
social y la representación que de Aigues daban estas instalaciones. Entonces
todo el pueblo vivía del Preventorio. Hoy daría trabajo a algunos de los habitantes de Aigues, contribuiría al
crecimiento de la población y a la riqueza de la zona. Con un concepto moderno
de balneario para todos los públicos, no sólo para la alta sociedad. Mientras
algun@s lo añoran, Aigues sigue siendo lugar de vacaciones de verano para
muchos al ser más benigno el calor del verano por tener al menos tres grados
menos que Campello. En invierno, menos poblado, no pierde su encanto.