Una víbora de casi tres kilómetros de largo se ha instalado en el cauce del río Vinalopó a su paso por Elche. De vivos colores. Pasó antes, en 1991. Y ahora ha vuelto a ocurrir para asombro de oriundos y visitantes de fuera.
Recuperado después de 23 años, del 1 al 8 de agosto esta iniciativa vuelve a movilizar a más de cien personas de Elche y venidas de toda España y del extranjero, para plasmar su arte efímero, urbano y al aire libre. Grafiteros y artistas urbanos, pero también estudiantes de Bellas artes, plasman su imaginación, su plástica, su interpretación de la vida, a través de su obra. Porque la amistad, el amor, la historia de Elche, la cultura, la danza, la paz y la guerra, la reivindicación social, el humor, son algunos de los motivos de los dibujos y pinturas que se manifiestan estos días en Elche para que permanezca lo que permita las inclemencias climatológicas, el sol, ...
Una obra de arte que recorre la ciudad de lado a lado, trazo a trazo, pincelada a pincelada. El río tiene su protagonimo con su hilo de agua y a su vera la superficie se parcela para que cada asociación ó grupo de artistas plasmen su arte.