Francia conquistó Argelia en 1830 y procedió posteriormente a su colonización. Necesitaba ideas, mano de obra e inversión para activar la economía de este país. Por las similitudes con el clima y con el paisaje, por la inestabilidad económica y política en España, muchos españoles de Málaga, Almería, Murcia y Alicante emigraron a Argelia a mediados del s.XIX y principios del XX. Algunos por necesidad, otros para emprender actividades relacionadas con la agricultura y los cultivos del esparto, la vid ó el trigo, algunos para poner en práctica nuevos negocios.
Buena parte de estos españoles eligieron Orán como su lugar de residencia, como su patria chica. A este fenómeno se le denominó el Oranesado (1830-1930), región mayoritariamente ocupada por españoles. Orán se convirtió en una ciudad española en la Argelia francesa. Fueron muchos los que se instalaron en estas tierras. Tantos que en 1885, en los distritos de Orán y Sidi-Bel-Abbás, la población española duplicó en número a la de origen francés. Esto hizo que Francia y España firmaran un Convenio en 1862 con el que se reconocía a los españoles unos privilegios que no tenían otros extranjeros en Argelia, como el derecho de conservar la nacionalidad de origen. Pero la administración francesa no quiso permitir que en sus territorios colonizados de Argelia hubiesen más españoles que franceses por lo que el 28 de junio de 1889 y el 23 de julio de 1893 legisló dos Decretos por los que se impusieron sin excepciones la ciudadanía francesa a todos los extranjeros nacidos en esta Argelia colonizada, fueran hijos de franceses ó no lo fuesen.
antigua postal de Orán
Sin embargo, la Ley de Naturalización no provocó la desaparición del español en Argelia. En 1911 la provincia de Orán contaba con más de 95.000.- franceses ó de origen francés, 92.000.- naturalizados franceses de origen español y 93.000.- españoles nacidos en España que conservaban la nacionalidad, lo que significa un grupo hispano de 185.000.- personas, el doble que los franceses de origen.
La relación entre la provincia de Alicante y Orán fue muy intensa en estos años con el desplazamiento de personas y mercancías, principalmente por mar. Por las costumbres que se mantuvieron de uno y otro lugar, de los lazos que preservaron con los familiares de las poblaciones de la Península, fueron muchas las ideas y muchos los negocios que se emprendieron en Orán. Originarios de Jijona, fabricaban turrón y helados; de Elche, alpargatas; de Alcoy, productos textiles; de Agost, la alfarería; de Monforte del Cid, destilerías de anís; … Por estos y por otros motivos culturales Alicante y Orán se hermanaron en 1952.
Tan lejos de sus orígenes algunos intentaron mantener sus costumbres, pero también tuvieron que acostumbrarse a las argelinas ó francesas. En la mesa, el cous-cous ganó protagonismo, sin olvidarse del cocido español, ni del arroz y sus diversas recetas que trajeron de la Península. Fue un intercambio gastronómico sin proponérselo. Se mantuvo la costumbre española de cocinar con el aceite, en vez de la mantequilla que utilizan los franceses. Platos como el gazpacho manchego, los potajes ó la paella (du riz a l´espagnol), se tomaban una vez a la semana. Y por la tarde, café con leche ó chocolate con churros (que en Orán los llamaban tallos) para merendar. Conservaron la costumbre española de las tapas pero utilizando el vocablo árabe kémia para referirse a ellas. Por ej, la tapa de la calentica, un puré de garbanzos hecho torta, acompañado de una Paloma, anisette traído de Monforte del Cid, que se servía en un vaso con anís, hielo y agua fría,. El horario de las comidas era el francés: se comía a las doce y se cenaba alrededor de las siete. La costumbre española de la siesta, sobre todo en verano, era sagrada. En esas noches largas y estrelladas los adultos jugaban a la belotte, un juego de cartas parecido al mus y las mujeres al aux petits chevaux ó parchís. En Navidad era Papá Noel quien traía los regalos a los niños y a los no tan niños. En la mesa no podía faltar el turrón de Jijona y de Alicante, el Mazapán de Toledo, el pan de Cádiz, y también un búche de Noel, un brazo gitano relleno y cubierto de crema de mantequilla, receta francesa.
También mantuvieron entretenimientos que se trajeron de sus tierras. El fútbol ó los toros. Estos últimos despertaron gran afición, aunque eran los españoles, junto con otros europeos, los que mayoritariamente llenaban la plaza. Esta, llamada las Arenas de Orán, dio buenas tardes taurinas con matadores como Domingo Ortega, Rafael Ortega y Dámaso Gómez (tarde de toros del 13 de marzo de 1954). Y el futbol. Historias con nombre propio de personas que hicieron de este deporte su profesión. Como Manuel Rubio Villalba. Nacido en Uixán (Melilla), inició su carrera futbolística en el Deportivo Uixán al que volverá a jugar después de fichar por diversos clubes. En la temporada de 1951-52 se proclamó con el Uixán Campeón de la Zona Oriental de Marruecos (Protectorado español). En esta época directivos del S.O.S de Orán lo ficharon, con un brillante palmarés, consiguiendo el campeonato de liga de ese año.
Muchas son las historias y los recuerdos familiares de aquellos que emigraron a una tierra desconocida que con los años creyeron que era la suya. Muchas las anécdotas. Muchos los acontecimientos vividos.
Obras consultadas para hacer este artículo:
“La comunidad española en Argelia (1880-1930)”, Djamel Latroch
“Españoles en Argelia. Historia de una emigración”, Juan Ramón Roca
“Los Pieds-Noirs en Alicante. Las migraciones inducidas por la descolonización”, Juan David Sempere Souvannavong
“Los españoles en la Argelia francesa (1830-1914)”, Juan Bautista Vilar
Mi agradecimiento a la familia de Manuel Rubio por la información y documentación facilitada.