domingo, 20 de enero de 2013

cuando el viento es el que despierta la pasión por la mar


Cuando es el viento el que despierta la pasión por la mar, la ambición por soltar todo el trapo y cabalgar veloz sobre su manto; cuando es quien moldea las olas para que sean traviesas, también amenazantes; cuando es el motivo por el que se riza el mar;  cuando es el que provoca el entusiasmo por estar en la cubierta de un velero.

Con el génova tres y la mesana desplegada salimos de un puerto de Alicante con olas en su dársena interior. El día promete. Cierta inquietud por querer que sea este el día esperado de fuertes vientos, porque el parte marca fuerza 6 para el mediodía.  


Sólo salir del puerto el velero se escora e iniciamos la travesía con una velocidad creciente. Alcanzamos los 40 nudos de viento aparente con una sensación entusiasta de satisfacción. 


Las olas rompen por la proa, incluso algunas barren la cubierta. Revoltosas, traviesas, moldeando el mar con su fuerza, con pinceladas de espuma a cada instante. No nos importa que nos laven la cara de forma involuntaria, ni que nos empapen de vez en cuando, mientras el velero navegue veloz. 


Un sentimiento de alegría, de agradecimiento al armador por poder vivir este momento. Una sensación de libertad donde sólo el viento, las olas, y nuestras palabras, son los únicos sonidos que nos acompaña. 


Y es el propio mar un espectáculo extraordinario, revuelto, inquieto, dejándose arrastrar por un viento que ha tenido rachas de 90 km/hora entre las 12 y las 13 h de este día, sábado 19 de enero. Y nosotros en medio, disfrutando, bajo un cielo cada vez más oscuro.


Entramos a puerto con las primeras gotas de lluvia y con la satisfacción de haber compartido esta experiencia marina con una tripulación tan extraordinaria. Los más expertos por los que no lo somos tanto, todas las maniobras han parecido fáciles, como si el viento no soplara con tanta intensidad. Un día inolvidable. 

Fotografías de Pascual Rosser Limiñana.

sábado, 19 de enero de 2013

guardado en la memoria



Atrás quedaron las celebraciones de Navidad, las reuniones familiares, el recuerdo de los que ya no están, los regalos, los banquetes - más austeros que nunca -, … Aunque siempre es bueno que los excesos se terminen, que se cambie la cultura del derroche, que seamos conscientes que no por gastar más somos mejores.

Pero lo que no perderos nunca en esas fechas, y que no nos lo quiten, es la posibilidad de soñar. Soñar hacia el pasado, pero sobre todo soñar hacia el futuro. Soñar en el recuerdo de lo que compartimos en la infancia con la nostalgia de aquél tiempo que ya no se repetirá jamás.  Pero también soñar con la realidad de lo que vivimos hoy, con el pensamiento puesto en nuestros hijos. Son ellos quienes llenan ese espacio, más cercano, también nuestro.

Siempre que alguien rememora aquellos tiempos, que mira y nos invita a que miremos hacia atrás, nos despierta un sentimiento infantil guardado en nuestra memoria. Como lo que hizo Raúl, el Director del hotel Meliá Tudemir en Orihuela durante las pasadas navidades: vistió sus instalaciones con escenas de los cuentos de los años 70, llenó sus salones con juguetes de aquella época y los expuso para el disfrute de pequeños y de adultos. Cinexin, Juegos Reunidos, Excalectric, … Era otra manera de jugar, más familiar, sin nintendos, ni wii, ni juegos similares.


Aquellos días de fin e inicio de año fueron fechas de reflexión, de mirar atrás, de valorar las metas alcanzadas, de perseguir nuevos rumbos. De imaginar lo que queremos, de aprovechar las oportunidades de la vida, de progresar. Progresar en valores, en nuevas amistades, en poner en práctica ese principio rotario de “dar de sí antes que pensar en sí”. 

sábado, 5 de enero de 2013

5 de enero, noche de reyes

Esta noche es la más esperada del año para muchos niños y niñas. Es la noche en la que esperan que los reyes magos de Oriente hagan realidad sus sueños, les colmen de regalos por portarse bien. 

Para ellos, para nosotros, es una noche mágica. Los niños  lo creen así, nosotros queremos que así lo crean. Porque es una noche de ilusiones, de esperanzas, de sueños a punto de cumplirse. 

En los tiempos que corren actualmente satisfacer estos deseos es importante. La sonrisa de un niño, de una niña, no tiene precio. Su alegría dibujada en su mirada, su entusiasmo demostrado con un gesto, su pasión infantil manifestada con la palabra, es la satisfacción del sueño cumplido. Ya crecerán y perderán la inocencia de ahora y se darán cuenta de las dificultades cotidianas para seguir manteniendo en casa la felicidad de los tuyos. 

También es una noche mágica para los adultos con la que pedimos a los reyes magos muchas cosas de mayores: trabajo, salud y poco de la buena suerte para salir adelante. 


Pero también es una noche para acordarnos de los demás y mirar al cielo buscando en aquella estrella, que trajo a los reyes de Oriente, una luz de esperanza que nos mantenga fuertes ante la adversidad, con el optimismo necesario para aprovechar las oportunidades que nos ofrece la vida. 

martes, 1 de enero de 2013

nuevo año, nuevos propósitos


Cada año que termina produce un ejercicio de reflexión con lo vivido los últimos 365 días y con los que vienen por vivir en el nuevo año. Es tiempo de reflexión que generan nuevos propósitos, nuevas intenciones, nuevas inquietudes, incluso nuevas promesas personales de cambiar ó de hacer determinadas cosas, actitudes, proyectos, ...

Muchas veces estos nuevos propósitos se quedan en eso, en meros propósitos. Pero es bueno reflexionar sobre nosotros mismos, vernos desde dentro, evaluarnos, pensar en qué podemos cambiar, en qué podemos mejorar. También es bueno mirar desde dentro hacia fuera y hacer esta misma reflexión hacia el mundo que nos rodea.

Fruto de esta reflexión es lo que sigue. Porque siempre decimos que queremos un mundo mejor, pero callamos nuestros propósitos. Es hora de manifestar nuestras ideas.

Quiero un mundo más justo, más igualitario, más equitativo, más solidario. 

Quiero un mundo más tolerante, más pacífico, con menos rencores, menos odios, menos agresiones, porque la violencia engendra violencia. 

Quiero vivir en una nación como la nuestra donde todos los ciudadan@s de las diferentes Comunidades Autónomas de España sientan que juntos somos y seremos un pueblo más fuerte, más emprendedor, más competitivo, para que nuestros actos y nuestras actitudes sean el producto de un esfuerzo colectivo, sin individualismos que nos compliquen la vida como país y como pueblo. 

Quiero unos políticos comprometidos con los problemas e inquietudes de la sociedad y movidos por el interés general y no por el interés particular, donde prime el servicio al ciudadano y no a sí mismos.

Quiero que cambien algunos tópicos de nuestra convivencia nacional como que el trabajo bien hecho sea admirable y no envidiable; que el éxito no produzca el famoso dicho popular de "dime de que se trata, que me opongo", porque así no avanzaremos nunca. Queramos que la suma de todos, cada uno desde su posición social, haga que sintamos un orgullo nacional propio. 

Quiero que el éxito se aplauda y que el tropiezo en una actividad no sea un obstáculo sino una nueva motivación para seguir adelante. 

Quiero muchas cosas, algunas también personales relacionadas con estas ya manifestadas ó con otras, pero prometo que en la parte que me toca aportaré mi granito de arena para mejorar.

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