viernes, 31 de mayo de 2013

receta mediterránea de autor en Barcelona, ideal para el sosiego


En una calle de moda en Barcelona, de aceras anchas y poco espacio para el tránsito rodado. Calle con terrazas para compartir el tiempo que nos queda después de una intensa jornada laboral ó de ese tiempo sagrado en familia ó con amigos cuando llega el fin de semana. Calle salón porque el peatón es el protagonista, junto con los asientos y las sombrillas que protegen del sol de los bares y restaurantes. Un lugar urbano ideal para el sosiego.

En este escenario donde la vida ajetreada se detiene un poco, invita a la conversación. Elegimos un restaurante de solera alrededor de mesa y mantel. Compañeros de trabajo que nos juntamos para hablar de lo nuestro de otra manera. 

En un restaurante con herencia, las de la abuela Victoria y sus recetas, con la experiencia de su familia y de la chef Carlota Claver. Entre todos han hecho del restaurante Alba Granados un lugar de referencia. Situado en el corazón del Eixample, en la calle Enrique Granados, nº 34, es un local acogedor, con una decoración particular en algunas de sus paredes con fotografías de corchos de botella y con planchas de madera de cajas de vino ó cava, con tonos cálidos y anaranjados que invitan al reposo y la buena comida. 




Con la cocina a la vista, separado del salón por una gran luna de cristal, donde se ve cómo se elaboran las recetas. Vemos desde nuestra mesa las botellas de aceite de oliva, el fuego cuando salta del fogón y los cocineros con sus delantales y sus gorros con forma de seta en la cabeza de un blanco inmaculado. Calidad es lo que nos ofrecen y calidad es lo que pedimos. Su carta es interesante. Como otras veces, nos dejamos aconsejar y guiar, y degustamos huevos estrellados de la casa, croquetas de chorizo, frutos de la huerta como las alcachofas, los pimientos y las berenjenas fritas, canelones trufados, carne roja de buey a la piedra, ... Dieta mediterránea, de autor.  Buen gusto. Para repetir.


Si quieres más información y tienes curiosidad, visita: Restaurante Alba Granados

domingo, 19 de mayo de 2013

regata con la tripulación del Peggy


Toda ilusión es buena con los preparativos de un día de regata. El ambiente del Club de Regatas es extraordinario con un ir y venir de personas preparando aparejos y velas. La reunión de patrones, la travesía marcada, el parte, las tripulaciones, ... Mucha actividad con los preparativos de la regata.

La bocana del puerto de llena de embarcaciones: de motor con los jueces, de vela con los participantes. Los primeros vientos al salir a la bahía altera la inquietud de la espera antes de iniciarse la regata.



Formar parte de la tripulación de una regata es como formar parte de una empresa. La ambición del triunfo hace que las dotes de liderazgo del patrón dirijan las maniobras del velero con precisión. No se pueden cometer errores. El equipo tiene que funcionar cohesionado, realizando cada uno su función y colaborando con su compañero cuando su tarea no es individual. La competitividad tiene que respetar las reglas de la regata. Las buenas prácticas marinas y la deportividad se dan la mano en estas travesías. Cuando se inicia la regata todo lo dicho se pone en marcha. 



En la salida todos los veleros parten más ó menos juntos. Con el viento existente, el patrón empieza a iniciar su estrategia en el campo de regatas. De través, de ceñida, haciendo bordos, los veleros se van posicionando en la regata. La rivalidad está a flor de piel. Muchas son las ganas de conseguir el triunfo. Pero no siempre las maniobras salen como uno quiere, no siempre el viento es constante, por lo que las oportunidades no son iguales para todas las embarcaciones. Cuando la adversidad se presenta, cuando cae el viento, cuando una maniobra se realiza con más lentitud de la deseada, cuando un velero se desmarca de sus competidores, es bueno recordar aquello que dijo Napoleón de que "el triunfo no consiste en vencer siempre, sino en no desanimarse nunca". 





Y aunque la ambición por ganar siempre está presente, siempre cabe el consuelo de aquello que lo importante es participar. 

Hoy (por el sábado 11 y el domingo 12 de mayo de 2013) he podido disfrutar con la tripulación del Peggy en el Trofeo Centenario organizado por el Real Club de Regatas de Alicante. Una gran experiencia, una verdadera escuela de navegación y de la vida. 



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  Acostumbrado a contarle cosas relacionadas con el pasado de la ciudad y sus protagonistas, hoy me va a permitir que haga una excepción. Ha...

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