lunes, 19 de septiembre de 2022

Sorpresas en Polignano a Mare

 


Polignano a Mare tienen de todo. Tiene mar, ¿cómo no iba a tener si nació en su orilla?. Tiene historia, fue una importante plaza durante el Imperio Romano y, aunque pasó a menos después de su caída, volvió a tomar protagonismo a partir de la Edad Media. Tiene murallas que la defienden desde que fue un marquesado, aunque no le sirvieron de mucho, las grandes potencias pasaron de largo, no estaba en sus planes conquistar este lugar.


Polignano a Mare es un pueblecito italiano de la provincia de Bari (región de Puglia), conocido también por ser la cuna de Domenico Modugno, autor de la canción conocida popularmente como “Volaré”. Se acordará de su letra más tarareada: “voooolaré, oh, oh, cantaaaare oh oh oh, nel blu dipinto di blu”. En uno de los miradores de la ciudad, una estatua recuerda su figura, con los brazos abiertos, uno de sus gestos más habituales.


Esta población turística tiene su casco antiguo ubicado en los más bellos lugares de su fachada marítima, construido sobre acantilados bañados por un mar Adriático de color turquesa, de aguas claras y transparentes cuando estas están tranquilas.





Sus calles estrechas tienen recovecos y rincones de gran encanto, peatonales muchos de ellos donde el coche ha pasado a ser historia. Destaca el Arco Marchesale, monumental puerta de acceso al barrio antiguo. Tenía un puente elevadizo para acceder a esta parte de la ciudad, de la que sólo quedan unas cadenas que cuelgan de sus muros, y no hay foso que se rellenó para estar el acceso al mismo nivel que la calle.


En una gran y concurrida plaza, la de Vittorio Enmanuel II, está la Casa del Reloj. Este está parado. El guía nos dice que desde que falleció una anciana que se encargaba de él, nadie se ocupa de su funcionamiento. Aunque ahí está el edificio de origen medieval, testigo de tantas cosas.


Seguimos callejeando por este lugar. El mar puede ser observado desde diversos miradores donde disfrutar de paisajes extraordinarios. Desde uno de ellos, por unas escaleras se baja a la Grotta Palazzese, con un restaurante ubicado en su interior. Es el más caro de Italia. Y no es para menos. A las excelentes viandas que sirven a sus clientes, se le suma el balcón que da al mar desde el interior de esta cueva. Un lugar singular, sin duda. También se puede acceder a ella por mar. A esta, como a otras grutas deshabitadas.



Desde uno de sus miradores se observa la playa Lama Monachile. Este está en el puente del mismo nombre, también llamado puente borbónico por construirse durante esa dinastía.


La Lana Monachile es seña de identidad de esta población. Por su ubicación. Por su pequeño tamaño. Por estar protegida por sendos acantilados a cada lado que la protegen de los fuertes vientos. Su orilla es de cantos rodados, si quiere bañase en sus aguas necesitará escarpines.




De uno de sus acantilados, la llamada Terraza de Santo Stéfano, se realiza la famosa Red Bull Cliff Diving. Vemos los preparativos de esta prueba desde el mirador del restaurante Il Bastione donde nos dan de comer “cavatello con scampi, gamberi e datterino giallo; darna di ombrina marinata con pomodorini, crema de Patate di Polignano e chips di verdure; y semifreddo allá nocciola. Estas sugerentes y sabrosas viandas y las vistas desde su terraza son un regalo a los sentidos. De ellos, nos queda un singular y buen recuerdo de esta población italiana.

 





sábado, 3 de septiembre de 2022

¿Las urracas son peligrosas?

 


urraca

Cuando enfilamos la entrada a La Serranica por su largo camino hasta la casa recibimos una inesperada y sorprendente bienvenida. Se trataba de una urraca. O quizá fueron varias, con las que nos tuvimos que acostumbrar unos y otros a lo largo de los días.


Una urraca enorme salió a nuestro encuentro. Preciosa, orgullosa, marcando el territorio, como diciendo por aquí no pasas, y si lo haces es porque yo quiero porque esto es mío. Y pasamos. Es el pájaro que más se ha acercado a la casa durante las vacaciones estivales, incluso hasta los mismos escalones del porche.


Su belleza, impresiona. También su tamaño y sus graznidos sonoros y característicos. Las urracas son territoriales, suelen ir en pareja, como estas, porque no era una sino dos, y suelen tener la misma compañera para toda la vida, ya ve, son files el uno con la otra, o a la inversa como más lo prefiera. No son peligrosas, salvo que te acerques a su nido cuando han puesto huevos. Pero estas aves y todas, especialmente las gaviotas. Se de lo que hablo.


Pregunto a Google, que todo lo sabe, si las urracas atacan a los humanos. Encuentro que una mató a un ciclista en Australia porque se acercó demasiado a su nido. Le persiguió picoteándole durante un tramo, según dijeron los testigos presenciales, provocando que ese ciclista de 76 años se estrellara contra un poste, fuera llevado al hospital sin poder hacer nada para salvar su vida. En ese continente ha habido otros ataques de urracas, como el que recibió un reportero que se disponía a retrasmitir un acontecimiento social porque – al parecer – se había acercado mucho a su nido. Son casos esporádicos y aislados, que no suelen pasar en nuestras latitudes.


En La Serranica nos han visitado este verano otras aves. Ha sido impresionante. Como las comunes tórtolas turcas. Presencié un día cómo un macho cortejaba a una hembra. Las tonterías que a veces hacen los machos para llamar la atención de su futura pareja, además de su piar característico. Estas dos tórtolas estaban subida en un cable de alta tensión. El macho hacía como un baile delante de la hembra, se acercaba, bajaba la cabeza y el pecho en un movimiento rítmico, la levantaba y volvía unos pasos para atrás. Así sucesivamente. Ella se aburrió y se fue volando hacia las copas de unos pinos y él, desilusionado, voló a las alturas de una alta palmera washingtoniana. ¿Volvió a intentarlo o buscó otra pareja?. Seguramente lo segundo, hay muchas tórtolas turcas por estos lugares.



gorrión

Pero hay más. Este año ¡han vuelto los gorriones!!. Hacía tiempo que no los veíamos, y los echábamos de menos, Y con ellos, un encantador pajarillo diminuto que vuela y se posa en tierra en grupo, se llaman mosquiteros o verdecillos. Y también hay cuervos. Y cucos. Y unos mirlos golosos que se comen los higos del huerto. Y una bubilla, con cresta y bellas alas. Y, al final del verano, golondrinas. Con ellas uno se acuerda de la famosa poesía de Gustavo Adolfo Bécquer sobre ellas.


mosquitero o verdecillo


A veces aparece sigilosamente un gato negro, no lo oímos llegar, te mira, y sigue su camino. Por la noche, sus ojos asustan. Destacan en la oscuridad. Fija la mirada y sale de caza. Es un peligro para los pájaros pequeños, forman parte de su dieta sino tiene algo mejor que echarse a la boca. Algunas noches lo hemos oído defender su territorio y pelearse con otro gato. A la mañana siguiente lo vimos cojear, pero seguía siendo el amo de su terruño.


Y este año nos ha visitado una ardilla, joven y traviesa, ha hecho estragos con las piñas de la pinada, sólo ha dejado su tronco central después de comerse los piñones. A veces también comen huevos de los nidos. Son muy difíciles de fotografiar porque son inquietas, salvo un día que el fuerte viento la tiró del árbol donde estaba y se quedó quieta en el suelo hasta que se recuperó del golpe. A través del objetivo de la cámara de fotos vi que sus ojillos mostraban el susto que se había llevado y el miedo por la caída. Pero un momento después la vimos acercarse a la casa y subir por el tronco de un robusto pino hasta perderse por las ramas de su copa.


En fin, no hemos estado aburridos con este pequeño mundo animal a nuestro alrededor durante este periodo estival. 


Para más información de las urracas, visita este enlace

jueves, 1 de septiembre de 2022

¿Qué me ha picado?

 



Esta mañana nadaba en un mar revuelto por un viento de levante que iba en aumento, ese que refresca el ambiente en los días calurosos de verano y el que trae las lluvias. A crol que es como me gusta nadar. Una brazada detrás de otra, aguantando la respiración sin sacar la cabeza del agua para ir más rápido. Después sacar la cabeza, respirar y repetirlo de nuevo. De salida, perpendicular a la orilla. Tranquilo y ufano, ajeno a lo que iba a pasar en un instante.


De repente he notado unos pinchazos, o lo que fueran. Rápidos, punzantes, dolorosos. En el brazo y la pierna derecha. Uno detrás del otro, como una ráfaga.


En la orilla he comentado lo que me había pasado. Ya tenía el brazo enrojecido, con unas inflamaciones. Un ligero dolor, junto con picor, anunciaban que había que tratar esa herida. Un socorrista de la playa me ha dicho que tenía dos zarpazos. ¿Zarpazos, de qué? Dos zarpazos de una medusa. Otro me ha comentado que me lo había producido un alga marina dentada o aserrada, pero esta es más propia del Atlántico, no del Mediterráneo, aunque el mar pudiera haberla arrastrado hasta esta orilla.


Me han comentado que el tratamiento es sencillo: agua de mar y hielo, pero este no se pone directamente porque no se cura con agua dulce, el hielo tiene que pasarse por las erupciones envuelto en un paño (o similar). Alivia el dolor y reduce el hinchazón. Cuando estoy haciendo este escrito ya casi no tengo molestias en el brazo. Mañana volveré a esas aguas a nadar de nuevo.


Me he acordado de Juan Jose Caselles cuando hace esas largas travesías a nado en aguas abiertas demostrando que su discapacidad no es un impedimento para hacer lo que le gusta. El si se expone a medusas, y peces de gran tamaño cuando nada en aguas abiertas y profundas. Y ahí está, nadando por el mundo, nada le detiene.


O David Meca, por decir dos ejemplos. Si le hubieran dicho de niño que sería un gran nadador de travesías largas en aguas abiertas, varias veces campeón del mundo, no se lo habría creído por sus problemas en las extremidades inferiores.


Ambos son ejemplo de superación, de vencer a las incertidumbres, de no rendirse ante los problemas, consiguiendo alcanzar sus metas.


Si de algo ha servido todo esto es que se más de medusas, de las consecuencias de sus picotazos o sus roces. Y de esa fucus serratus o alga aserrada, tan poco común en aguas del Mediterráneo que, además, su cultivo se usa para la elaboración de cosméticos. 

A bordo del submarino Galerna

  El submarino de la Armada S-71 “Galerna” hace escala en el puerto de Alicante tras participar en las maniobras “MAR-ASW 24”. Hoy hemos e...

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