miércoles, 3 de octubre de 2018

Cómo es que el paro crece en agosto




El verano ya se fue. Bueno, quedan unos días del calendario. El verano político es que el ya no volverá. Todos han hecho sus vacaciones, unas públicas y otras más privadas. El verano es una época ideal para descansar por ser durante los meses de julio ó agosto las vacaciones por excelencia en España.

Y aunque sean meses de vacaciones, algunos políticos nos han recordado con sus actos y sus manifestaciones que siempre están alerta. Mientras más de media España se ha tostado al sol en las playas, refugiado en frescas montañas, viajado a países exóticos, etc, algunos servidores públicos siguen al pie del cañón. Un buen amigo les diría que para eso les pagamos; y otro, que todos se merecen también unas vacaciones. Y ambos tienen razón.

La canícula en España ha dado importantes titulares en los medios de comunicación  y otros lo han sido menos. No todo son vacaciones. Son muchas las noticias que han marcado el verano. La crisis migratoria con el Aquarius salvando vidas en el Mediterráneo buscando un puerto solidario para desembarcar a esas personas que se juegan la vida para buscar un mejor provenir; la decisión de Pedro Sánchez de acogerlos en Valencia; la preocupación que esta valiente decisión se convierta en un efecto llamada para esas gentes deseosas de encontrar su destino. El periplo del actual Presidente del Gobierno por diversos países de América latina, exento de grandes noticias sobre los logros de este viaje y, en cambio, con titulares de lo dicho por Pedro Sánchez sobre la política interior de España usando cada rueda de prensa con su homólogo de aquellos pàíses para defender sus ideas. Las preocupantes iniciativas de PSOE y de Podemos de anular la mayoría de PP en el Senado ganada en unas elecciones generales. El frontismo contra el Estado del independentismo catalán perfilando un horizonte muy sombrío que promueve por aclamación - sin proponérselo - de la aplicación del artículo 155 de la Constitución por los líderes constitucionalistas de PP y Ciudadanos. Los desplazamientos supuestamente innecesarios de Pedro Sánchez en helicóptero, por ejemplo durante los 27 kms de Moncloa a Torrejón de Ardoz, previos a coger el avión Falcon de uso por los miembros del Gobierno de España. Las incomprensibles decsisiones de Margarita Robles en cesar a un Vice Almirante de la Armada española con una brillante hoja de servicios y pasarlo a la reserva sin motivo aparente ó anular la venta de bombas de precisión a Arabia Saudí poniendo en peligro el gran contrato ya concedido a Navantia para construir y venderles 5 fragatas. Y aún podría citar algunas otras noticias, quizá globos sonda que lanza el Gobierno para ver cómo reacciona la opinión pública según ha dicho recientemente la Ministra de Hacienda.

Con todo esto, todos los medios de comunicación se hacen eco a principios de septiembre que agosto ha sido un mes nefasto para el empleo. Agosto, el mes junto con Julio de aumento del empleo mayoritariamente por el sector servicios. Este aumento del paro es el más malo en este periodo desde 2011. Entre las Comunidades Autónomas, el peor resultado es el de Cataluña.

Los datos de agosto sobre el turismo también son malos: aumenta el de interior por los propios españoles y empeora el inglés y el de centroeuropa. A su vez, hay una desaceleración del consumo interno.

Hace unos meses el Gobierno de Rajoy vaticinó la recuperación económica, ahora con el Gobierno de Sánchez los datos no son tan halagüeños. ¿Qué ha pasado, qué ha cambiado para esta desaceleración?. Esta misma pregunta se la he hecho a varios analistas económicos que ven con mucha preocupación esta nueva tendencia. Manifiestan que no podemos hablar de una nueva crisis económica y que España crecerá este 2018, aunque por debajo de lo esperado. Nada ayuda la incertidumbre política con un Gobierno débil al amparo de los independentistas en el Parlamento español y el permanente desafío rupturista de una parte de la sociedad catalana simpatizantes del PDeCat, ERC y la CUP.

Pedro Sánchez ha dicho que nos viene un otoño caliente, hasta los niños lo saben Sr. Presidente. Ponga remedio para evitarlo. Emprenda acciones que mejoren el empleo y la economía, permaneza firme ante la desobediencia civl que promueve Quim Torra y aplique de nuevo el 155 de la Constitución si las circunstancias lo apremian. Demuestre que sus decisiones valientes son más que un titular de verano y, en cambio, sean un nuevo estilo de liderazgo que quizá nos lleven a unas deseables elecciones anticipadas donde se configure un nuevo escenario político en España con mayor estabilidad parlamentaria. Que así sea.


Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press

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