domingo, 25 de febrero de 2024

Descubra las sorpresas de Agost

 


Agost, pueblo alfarero en la provincia de Alicante, tiene muchas sorpresas que contar a sus visitantes. Incluso a sus propios vecinos. Son verdaderos tesoros, desconocidos por muchos.


Le invito a visitar esta población a través de estas palabras y fotografías, descubra conmigo lo mucho que tienen que contar los agostenses de su tierra, sus costumbres y tradiciones. Visité esta población invitado por la Asociación Alicantina de Periodistas y Escritores de Turismo (AAPET), acompañados por dos guías de excepción: Juan José Castelló Molina, alcalde de Agost, y Jesús Peidro director del museo de Alfarería de la localidad.




Tienen de todo, hasta los restos de un meteorito que chocó en Centroamérica hace millones de años. En las arcillas de Agost hay indicios de este episodio. Se trata del Límite K/Pg o Capa Negra, que ha sido declarado Monumento Natural. No se privan de nada, tanto que tienen una excelente gastronomía donde destacan las cocas, el gazpacho o los dulces y pastas, además de la uva de mesa con denominación de origen del Valle del Vinalopó.




En la situación geográfica de esta población se fijaron antaño grandes civilizaciones. Tienen vestigios arqueológicos de gran importancia que ya quisieran muchos que se hubiera encontrado en su término municipal. Aquí se descubrieron en 1893 unas esfinges íberas de un posible monumento funerario que una está en el Museo del Louvre en París, la otra en el Museo del Prado en Madrid, nada menos. Dos joyas para admirar de las que hay unas copias en el Centro de Interpretación en la Ermita de San Pedro en Agost, reproducciones exactas realizadas con las últimas tecnologías. Esta ermita está en el punto más alto del pueblo junto a las almenas del antiguo castillo y desde donde se ven unas vistas extraordinarias con el mar al fondo. Dicen los agostenses - con mucha ironía - que son la segunda línea de la playa. El buen humor les caracteriza, no hay que perderlo nunca.




Caminando por algunos de los muchos rincones emblemáticos de Agost escuchamos el rumor del agua de una de sus fuentes que corre del caño al cántaro. Sus aguas recorren el lavadero donde antaño limpiaban la ropa. Imaginen a un grupo de mujeres que, mientras quitaban las manchas de las prendas de vestir de su familia, se desahogaban manifestando sus penurias cotidianas, sus necesidades, los acontecimientos sociales, … Si presta atención aún se pueden escuchar sus voces de entonces que se confunden con el ruido del agua. La imaginación es curiosa, haga la prueba.




Del lavadero y desde su fuente vamos a otra en la plaza del España datada en el siglo XVIII. Está en el centro neurálgico de esta localidad, lugar de reunión donde se realizan les Dances del Rei Moro, sus fiestas más singulares, que se celebran entre el 26 de diciembre y el 1 de enero, declaradas Bien Inmaterial de Relevancia Local.





No puedo terminar este artículo sin hacer un homenaje a las mujeres quienes tuvieron un papel fundamental en lo que fue la primera industria de Agost: la alfarería. Ayudaban al alfarero en todas sus funciones salvo la del torno donde nace la pieza de alfarería y el horno donde se cuece. Y así se destaca en la plaza de les peones con una gran escultura, desde donde se accede al Museo de Alfarería de esta localidad. En la actualidad, las tareas alfareras se han simplificado mucho y el papel de la mujer es menor.






En este museo hay piezas muy curiosas donde destaca el botijo desde el modelo más sencillo al más complejo con adornos singulares. Destacan muchos utensilios que se usaban en las cocinas de nuestras abuelas y que actualmente se han sustituido por recipientes de plástico. Bien podría volver a aquella moda en un mundo más sostenible y ecológico, y ser cambiados por objetos de barro como el mortero.




En un taller dentro del museo pudimos tocar el barro y hacer con nuestras propias manos piezas de alfarería. Fue emocionante ver cómo a través del torno un trozo de barro se convirtió en una bella jarra que ya preside mi cocina en casa.


Representantes de la alfarería actual son Emilio Boix, Roque Martínez, Severino Boix y La Navá. Cada uno le da su toque, sin perder la tradición y las maneras aprendidas de padres a hijos.




Conoce Agost es su lema. Sólo le queda ir a probar la hospitalidad de los agostenses y a disfrutar de su amplia oferta turística. Hasta encontrará un dinosaurio que aguarda al paso del tiempo junto a un parque infantil. Si para los más pequeños es una sorpresa admirar su tamaño, para nosotros también, y todo lo que tuvo que ver con ellos.

 

Escrito escrito con anterioridad en mi atril de El Consistorio Digital con el título de "Agost, un viaje a través del tiempo en el corazón de la cerámica", el 27 de enero de 2027

domingo, 14 de enero de 2024

Con día nublado, olleta de blat en Benifato

 


Con día nublado, plato de cuchara. Con esta idea vamos hacia el valle de Guadalest a tomar una olleta de blat (trigo). Para mi familia y para mí, el mejor sitio para disfrutarla es en La Venta de Benifato. Y hacia allí vamos. 


Pero antes viajamos en nuestro automóvil con el necesario sosiego dominical. Cada uno sabe lo suyo, pero a nosotros nos hace falta. El tráfico es intenso en lo que fue autopista, que ya no lo es ni tiene peaje.


Subiendo hacia La Nucía, este pueblecito que ha dejado de serlo por su cercanía a Benidorm con todo lo que les llega de rebote, además de por ser la Ciudad del Deporte y desarrollar con esto una buena fuente de riqueza, visitamos la Font de la Favara, un pequeño paraje natural. Recordamos la leyenda de Roxana mientras escuchamos su lamento con el susurro del agua de su cascada por no dejarle casar con quien quisiera, y en concreto con ese muchacho que le había robado el corazón y del que estaba completamente enamorada.


Pasamos por Polop. Se nos queda a la derecha de la carretera. La torre de la iglesia resalta en el centro de la población rodeado de casitas de tejados a dos aguas, y más arriba el calvario que fue castillo y cementerio. Por aquí venía Gabriel Miró a pasar el verano. Sus experiencias quedaron plasmadas en algunas de sus novelas.


Muchos campos junto a la carretera han mudado de color y de arbolado. Ya no son almendros como antes por la dichosa xilella, que ha hecho estragos por estos lugares. Unos los arrancaron siguiendo una directiva europea que era injusta con el entorno. Otros lo han hecho los agricultores de estas tierras para sustituirlos por naranjos, por cierto, hoy repletos de naranjas. Y por olivos. Vaya acierto, cómo está ahora en las tiendas el aceite de oliva, ¡casi 10 eu el litro!


En los bancales se nota la falta de lluvia. Los matojos de esparto languidecen por la falta de agua, y eso que son de secano. Los pinos van ganado terreno, lo que les dejan los incendios y la presión urbanística. A veces unos van con el otro o eso dicen los más ancianos del lugar.


Dejamos Guadalest a la derecha, siempre tan concurrido de visitantes. Por su belleza y singularidad. La torre de la iglesia de Benimantell también destaca entre las casitas del pueblo. Por la carretera general que lo cruza vemos a nuestra izquierda La Venta de la Montaña. Recordamos jugosas anécdotas de cuanto Paqui y yo éramos novios …. Ca Rafael en donde antes estaba el restaurante Aitana. Han pasado años. Pero lo importante es que pasen y podamos contarlos.


Seguimos. Beniardá queda a la derecha de la carretera, más abajo, en la parte trasera del embalse de Guadalets. Hacia adelante Benifato está en la falda de la sierra Aitana. A ambos los queremos, tenemos buenos recuerdos en ellos. Tanto pasado en sus caminos y veredas, por las calles de este pueblo, en La Venta Benifato. 






Le pregunto a Oscar, su dueño, por la vida en Benifato. Dice que es tranquila y que no lo cambiaría por otro lugar, no les falta de nada. Tiene consultorio médico, iglesia y cura, piscina municipal para el verano, …. Se lamenta que no haya escuela. Al parecer la administración la dejó perder. Sin niños, los pueblos no tienen futuro, le digo yo. Tampoco hay colmado, tienen que comprar fuera del pueblo lo que les haga falta por lo que es imprescindible el coche. Tienen despacho de pan, lo traen todos los días. Tiene muy buen sabor, ya se lo digo yo. Después de la pandemia el Ayuntamiento abrió un bar en sus bajos comerciales. Da vida al pueblo y sus gentes. Ya no hay hostal, pero lo sustituyeron por apartamentos turísticos, y hay varias casas rurales que se alquilan enteras. Tienen mucho trasiego de visitantes, es un buen lugar para pasar unos días de asueto. Rutas de senderismo, la propia montaña, ciclismo de carretera, gastronomía de la tierra, son su carta de presentación.  Además de otras viandas, degustamos una olleta de blat memorable, he repetido tres veces. Nos vamos bien servidos y con la barriga llena después de una mistela de la tierra para endulzarnos los pensamientos. Volveremos.


Nota: en la etiqueta de Valle de Guadalest encontrarás artículos de otras experiencias por los pueblos citados en este artículo. 

sábado, 30 de diciembre de 2023

Feliz Año Nuevo !!!

 


Con algunas de las fotos retratadas durante este año 2023 que termina, ordenadas de enero a diciembre, .....

Enero: 




Febrero:


 


Marzo:  





Abril: 




Mayo: 




Junio:  





Julio:




Agosto: 

 


Septiembre: 

 




Octubre:






Noviembre:




Diciembre:







..... te deseo un Feliz Año Nuevo lleno de satisfacciones y alegrías. Que así sea.

Descubra las sorpresas de Agost

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