lunes, 20 de marzo de 2017

Azul, verde, turquesa / Castillos / Viaje por España





Pocas veces utilizo en este blog la primera persona para referirme a cosas que me han pasado, pocas hablo de mí mismo, incluso pocas soy yo el protagonista. Porque, aunque el significado de la expresión inglesa #blog sea #diario, no me gusta hablar de mí, porque creo que esto lo tienen que contar otros. Prefiero contar situaciones en las que vivo, en las que soy testigo, en las que participo. Sin embargo, hoy SÍ, hoy merece que hable de algo propio que me agrada compartir contigo, amigo lector.

Emprendo una nueva aventura: compartir, a través de una novela corta, experiencias vividas, experiencias imaginadas, de un momento concreto. 



“Azul, verde, turquesa” es su título. Azul, verde, turquesa, como expresión de todo y lo mucho que nos cuenta el mar, la mar, mi mar ... El mar y su entorno desde experiencias de sus propios protagonistas.

"Azul, verde, turquesa" es una historia de sentimientos, recuerdos y superación con el mar como trasfondo, donde el liderazgo y el compañerismo son cualidades imprescindibles entre sus protagonistas.  



Editada y publicada en Amazon, comparto hechos hasta donde mi imaginación ha querido contar. En primera y tercera persona. 

Cuando narras en primera persona, siempre cuentas algo de ti. Es más arriesgado porque algo tuyo se desvela y se comparte, pero es también más directo, más sentido, más personal.

“Azul, verde, turquesa” es el tercer libro, la primera novela corta, que me publica Amazon. Antes vio la luz “Viaje por España. Visita pueblos, paisajes y ciudades en un viaje inolvidable” y, después, “Castillos. Un recorrido por castillos de España, Francia, Italia y Portugal”.



Te invito a leerlos en los siguientes enlaces:








También te invito a que me des tu opinión, si te han gustado, como si no, y por qué, en la siguiente dirección de correo electrónico: paskky@gmail.com   

Con estas publicaciones busco es compartir lo que escribo en formato libro en un momento concreto. Para mí lo único importante es que te guste.

miércoles, 8 de marzo de 2017

Colón en Barcelona








Que Cristóbal Colón descubrió América está claro. Que zarpó desde el puerto de Palos de la Frontera (Huelva) con las carabelas Pinta, Niña y Santa María, también lo es. Que fue expresamente apoyado por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, tampoco nadie lo pone en duda aunque Aragón siguiera apostando por el dominio en el Mediterráneo. Que el monumento a Colón es una de las señas de identidad de la ciudad de Barcelona, tampoco nadie lo duda. Sin embargo, con un monumento tan emblemático como este no se entiende que la actual alcaldesa de Barcelona y su equipo de gobierno se cuestionen si lo derriban a propuesta de la CUP.

El Monumento a Colón es un conjunto escultórico de grandes dimensiones situado en la plaza del Portal de la Paz muy cerca del puerto de Barcelona. Fue construido en homenaje a Cristóbal Colón como descubridor de América, también como líder, como marino, como aventurero, qué venció la incomprensión, los miedos y temores de aquellos que no se atrevían a navegar sin perder la vista de tierra firme allende los mares.

Para una obra colosal como esta sus datos también lo son. Se decidió su construcción después de un concurso público eligiendo el proyecto del arquitecto Gaietá Buigas.  Tiene 57 metros de altura. Está construido con hierro, bronce, piedra caliza y piedra de Montjuic. Las obras duraron 6 años. Para la base del monumento se necesitaron consolidar unos cimientos de 5 metros de profundidad. Para la construcción del todo el conjunto se instaló un andamio tan alto como tenía que ser el monumento. Las diferentes piezas fueron hechas en las fundiciones Comas, Can Solá y Wohlguemuth y ensambladas in situ en su lugar definitivo.




Muchos participaron en la construcción de este Monumento. Su arquitecto, Gaietá Buigas i Monravá. En la decoración escultórica intervinieron los artistas Eduardo B. Alentom, Rafael Atché, Pere Carbonell, Manuel Fuxá, Josep Limona, Rossend Nobas, Antoni Vilanova, Francesc Pagés y Agapit Vallmitjana. De la fundición se encargó Alejandro Wohlguemuth.

Se construyó con motivo de la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Este monumento fue inaugurado el 1 de junio de 1988 por SM la reina regente María Cristina, junto con Sagasta, Presidente del Gobierno de España. Los invitados destacados para la ocasión fueron SM el rey de Italia Humberto I y Grover Cleveland, Presidente de EEUU, además de diversas otras autoridades civiles y militares. En el interior de la columna hay un ascensor, que se inauguró el 24 de enero de 1889, por el que se puede ascender a la semiesfera situada bajo los pies de la estatua. Desde allí arriba hay unas vistas extraordinarias de toda la ciudad. Este monumento está considerado Bien Cultural de Interés Local.








La composición de este monumento reproduce las principales hazañas de Colón, escudos de las provincias españolas, estatuas alegóricas de Cataluña, Aragón, Castilla y León, personas que colaboraron con Colón como el aragonés Bernat Bolí, los catalanes Pere de Margarit, Jaume Ferrer de Blanes, así como el valenciano Luis de Santángel. La columna de bronce es de origen corintio, con carabelas en su base, el escudo de Barcelona, un relieve sobre la Marina, … En los bajorelieves se realizaron diversas escenas de sus reuniones con los Reyes Católicos, su recibimiento en Barcelona, … Y arriba del todo, Cristóbal Colón, del escultor Rafael Atché, mirando y apuntando con la mano derecha hacia el nuevo mundo. Un nuevo mundo lleno de oportunidades culturales, económicas, religiosas, de ayer y de hoy.




Y ahora se cuestionan la permanencia de tan singular monumento porque la CUP, el partido antisistema, exige al ayuntamiento de Barcelona que lo quite en sustitución de una alegoría de la resistencia indígena contra la colonización. De reivindicar hace unos años que Colón era Catalán a acusarle de genocida. 









Sin embargo, ha primado el sentido común ante las críticas generalizadas desde diversas instituciones de la ciudad y desde el Ayuntamiento Gerardo Pisarello, Teniente de Alcalde de Barcelona, ha manifestado que el Gobierno de Ada Colau no prevé la retirada del monumento de Colón aunque lo considere un debate legítimo. Por lo tanto Colón sigue en Barcelona ahora y siempre.

sábado, 4 de marzo de 2017

Castillo de San Fernando en Alicante

La ciudad de Alicante tiene muchos atractivos pero hay uno que es difícil de igualar: la existencia de dos castillos: el de Santa Bárbara, seña de identidad de los alicantinos, y el de San Fernando. Un lujo que muchos ignoran, basta ver su estado de abandono y el nido de antenas en que se ha convertido su parte más alta.






El Castillo San Fernando se alza desde el monte Tossal y el Cerro de San Francisco. Se construyó en la Guerra de la Independencia para mejorar la línea defensiva de la ciudad, así como impedir un posible desembarco del ejército francés. Se inició en 1809 y se terminó en 1812. Dirigió la obra Pablo Ordovás y Sastre, ingeniero militar. A este castillo le pusieron el nombre de San Fernando en honor del rey Fernando VII.




Más fortaleza que castillo, tiene un baluarte poligonal geométrico en el frente septentrional y otro redondeado troncocónico en su extremo suroeste. Se construyó un foso en la zona más vulnerable. Bajo su terraplén se construyeron unas bóvedas a prueba del fuego artillero, además de una cisterna. En el interior había unas estancias para alojar a la tropa.







Se accedía por dos puertas. La principal, la Puerta de Alicante, tiene dos pilares con un león de piedra en cada uno sentado sobre su cuarto trasero. La otra puerta es la del foso, sin adornos destacados.








Louis Pierre Montbrun, General francés, bombardeó la ciudad el 16 de enero de 1812. Así lo cuenta el Cronista Viravens: “Al amanecer del 16 de enero de 1812 apareció en las cercanías de Alicante una división del ejército francés al mando del General Montbrun. Las tropas francesas se instalaron en el llano llamado de los Ángeles, … Y avanzando al alto de Capuchinos, desde él dispararon dos obuses intimidando la rendición de nuestra plaza con la altivez propia de los soldados de Napoleón".

La presencia del enemigo excitó el ardor bélico del pueblo de Alicante para rechazarle: las tropas corrieron a las murallas y la respuesta que dio la Ciudad a la provocación francesa fue una descarga de artillería que contestaron los franceses con algunas granadas.

Los soldados bonapartistas colocaron un obús en el cerro del Estrecho de los Ángeles pero bien pronto fue desmontado por los disparos del baluarte de la Ampolla, en donde se situó un destacamento al mando de D. Vicente Torregrosa, Capitán de Artillería.

Asustados los franceses por los proyectiles de la plaza, … y visto que era imposible humillar a la Ciudad sin establecer antes un cerco formal, juzgaron conveniente abandonas sus posiciones, retirándose hacia la Mancha en la misma tarde del 16 de enero, para no exponerse a sufrir más derrotas”.

Este ataque convenció a las autoridades y sus ciudadanos en la necesidad de terminar las fortificaciones del Monte Tossal. Para subir al fuerte se hizo un camino en rampa. El camino terminaba en la cumbre de la montaña. “La fortaleza, mirada desde la ciudad, ofrecía un aspecto imponente, dándole carácter dos leones de piedra colocados sobre esbeltos pilares que embellecían la entrada del castillo”, en palabras de Viravnes.  



Por las prisas con las que se construyó pronto tuvo grietas y problemas de asentamiento que tuvieron que ser reparadas en diversas ocasiones para evitar derrumbes.

Este castillo no tiene un pasado glorioso, ni sus murallas participaron de hazañas bélicas que destacaran en la defensa de la ciudad. Quizá su destino aún le guarde una sorpresa: ser un lugar de encuentro para los alicantinos en tiempos de paz para su disfrute y sosiego. Que así sea.


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  Acostumbrado a contarle cosas relacionadas con el pasado de la ciudad y sus protagonistas, hoy me va a permitir que haga una excepción. Ha...

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