Uno se pregunta a veces dónde
están y por qué no se manifiestan – de forma pacífica - esa mayoría silenciosa que
vota y opina diferente a la minoría parlamentaria en número de votos que ha
aprobado recientemente la convocatoria de un referéndum ilegal en Cataluña.
La mayoría silenciosa es un
término que se usa en política para definir a aquellos que no dan su opinión en
público. Al parecer fue Richard Nixon quien popularizó esta expresión. Y lo
hizo durante su discurso de la Nación de EEUU en 1969 en relación a la Guerra
de Vietnam manifestando que tenía también el apoyo de la mayoría silenciosa para
contrarrestar las manifestaciones en la calle en contra de ese conflicto
armado.
Recientemente he leído que
los independentistas catalanes afirman que la mayoría silenciosa en Cataluña
les apoya porque no opinan lo contrario que ellos. Tirando de hemeroteca
encuentro que lo mismo dijeron dirigentes de dictaduras latinoamericanas para
legitimar su régimen por falta de protestas contra sus decisiones de los
habitantes de esos países. También lo hizo Franco y el franquismo en España
durante años para reafirmarse a sí mismos.
Hace unos días un buen amigo
catalán me comentó que no es fácil convivir hoy en Cataluña en este ambiente de
fuerte confrontación política entre los independentistas y los demás; que la
fractura social es muy importante incluso en el seno familiar donde padres e
hijos opinan cada uno lo contrario del otro y no siempre los jóvenes a favor de
la independencia; que lo cómodo es no manifestarse, no opinar en público y
dejar que sus representantes políticos como Arrimadas, Iceta, García Albiol, ó
Coscubiela, opinen por ellos. Que hay miedo e inseguridad, que es grande la
manipulación de los independentistas de la historia, los símbolos, la
interpretación de las leyes y que, además, escenifican muy bien sus
reivindicaciones en la calle con banderas, pancartas y cánticos.
Y este mismo amigo me comenta
que la postura de la mayoría silenciosa de los catalanes es la del sentido
común que, dice, es la que está ganando en la sociedad catalana. Lo que ellos
llaman el “seny”. Y añade que ese sentido común es el de respetar las leyes y
la constitución española que rige la convivencia de todos los españoles. Y para
esto, no hacen falta alardes ni manifestaciones porque es lo que han hecho
siempre.
Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press. Tienes su enlace en la parte superior derecha de este blog.
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