Con una gran, multitudinaria y emotiva ovación fue recibido el Rey Felipe VI en el Auditorio de la Diputación en Alicante durante la Clausura del Congreso Anual de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), el pasado martes 21 de noviembre.
Entre aplausos, entre gritos emocionados
de Viva el Rey y Viva España, entre miradas de satisfacción y gratitud por todo
lo que ha hecho el Rey para parar el golpe de estado de los secesionistas
catalanes contra el Estado de Derecho español. Por lo mucho realizado en
defensa de la democracia, por lo que se conoce, por lo que se supone y por lo
que se intuye. Todo en coordinación con el Gobierno de España.
No es casualidad que ningún
país del mundo haya reconocido la dui, esa declaración tan efímera como absurda
y contra natura que ha dañado tanto a la imagen de Cataluña. No es tampoco
casualidad el control de la prima de riesgo así como de otros parámetros que
marcan la estabilidad de un país.
El Rey, recibido por las
autoridades civiles y empresarios anfitriones, escuchó sonriente esa larga
ovación. Esos aplausos, esos vítores, son signos de gratitud, un premio merecido
de un pueblo agradecido a quien lo da todo por España, a quien nos lidera en el
mundo y nos motiva para hacer de España este gran país.
Las palabras del Rey fueron
llanas y cercanas cuando manifestó a un auditorio atento que “sois una de las
columnas vertebrales de la España de nuestros días. La sociedad española os
necesita. Necesita de vuestro sentido de la responsabilidad, de vuestra tarea
diaria necesaria, de vuestra influencia, de vuestro liderazgo y de vuestro
compromiso con el futuro no sólo de vuestras compañías, sino de nuestro país.
Así que, de nuevo, gracias a todos vosotros por vuestra contribución al
progreso de nuestro país, por vuestra apuesta y confianza en España”.
Sabias palabras del Rey que
dicen muchas más cosas de las que se leen y de las que se escuchan. Que
expresan un gran reconocimiento por quienes emprenden, quienes apuestan,
quienes arriesgan, quienes invierten, quienes generan puestos de trabajo
desarrollando una idea, un proyecto, una empresa.
En otro momento de su
discurso, el Rey dijo que “la capacidad de afrontar un futuro incierto repleto
de incertidumbres requiere no solo de coraje y determinación, sino de la
información y la experiencia que aportan otras personas, o que somos capaces de
aportar entre todos. Este es un ejercicio como el que lleva a cabo vuestra
Confederación a través de sus actividades, buscando espacios para compartir y
debatir sobre temas de interés económico, financiero y social al tiempo que,
con justicia, ponéis en valor la tarea y la propia imagen de los directivos y
ejecutivos ante el conjunto de la sociedad”.
El Rey también destacó que “la
identificación de los nuevos perfiles profesionales y las distintas
oportunidades de empleo que aparecen con la innovación tecnológica en la actual
sociedad digital es otra cuestión verdaderamente básica y urgente. Porque la
revolución tecnológica que vivimos no debe suponer un obstáculo que cierre ó
restrinja oportunidades de trabajo, sino un factor que contribuya a mejorar la
vida de las personas y a construir sociedades más avanzadas e inclusivas”.
Isidro Fainé, Presidente de
la Fundación Caixa y de la CEDE, ofreció la Presidencia de Honor de esa
Confederación al Rey como reconocimiento y respaldo a la Monarquía manifestado
“Majestad, usted es, sin duda, el primer directivo del país y lo demuestra día
a día en el ejercicio de su responsabilidad, con determinación y compromiso,
potenciando la imagen y valor de nuestras empresas en todo el mundo. Le
sentimos cerca y agradecemos su liderazgo y por ello que tengo el honor de
trasladarle la petición de la Junta Directiva”.
En su discurso el Rey
contestó a ese ofrecimiento manifestando que “sin mayor rodeo os digo que lo
acepto. Porque hoy más que nunca desde luego que es un honor aceptarlo”.
Fue un encuentro entrañable
en un baño de multitudes donde el Rey Felipe VI manifestó también sin palabras
la gratitud a un foro tan emprendedor que tanto hace por el desarrollo
económico y social de España.
Este artículo ha sido escrito
con anterioridad en mi columna de opinión en el periódico Alicante Press.
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