sábado, 6 de enero de 2018

Travesía en la goleta Saint Christophe




Desde la playa de Santiago de la Ribera (Murcia), desde uno de sus embarcaderos que se meten en el mar, iniciamos una nueva aventura marina. Nos enrolados en la goleta Saint Christophe por un día. Está fondeada en la bahía esperando a esta nueva tripulación. Desde el chinchorro que nos lleva a la goleta percibimos su elegancia, sus perfiles marineros, su silueta majestuosa que se perfila sobre el horizonte del mar Menor.








Construida a principios del siglo XX, Victor Brix fue su diseñador francés de origen ruso. Diseñó esta goleta en 1934 para la familia Gerardin, diplomáticos de profesión.

Fue botada el 17 de mayo de 1935 en Amsterdam. Tiene 20 metros de eslora total, con una manga de 4,50 m., con un calado de 2,50 m. Con un desplazamiento de unas 40 toneladas. Es de aparejo clásico.




Después de pasar por varios armadores, actualmente está al ciudado de Circulo Vélico, asociación que fomenta la preservación y la práctica de las antiguas técnicas de la navegación a vela. Su armador es Antonio Lorente, que antes lo fue de la goleta Isla Ebusitana de popa española.


Desde el fondeadero de Santiago de la Ribera tomamos rumbo a la isla Grosa en el mar Mayor, en el Mediterráneo. Para ello, tenemos que pasar el puente levadizo que hay junto al puerto deportivo Tomás Maestre. Hay un horario determinado de apertura que se cumple a rajatabla para salir al Mediterráneo ó entrar desde este al mar Menor.


Una vez en el Mediterráneo, la isla Grosa se presenta frente a nosotros. Es pequeña, con tan sólo 17´5 hectáreas. Es un cono volcánico muy escarpado con unos 90 metros de altitud. Al este de esta isla hay un islote llamado El Farallón. Estuvo poblada por una pequeña dotación militar y fue utilizada como lugar de adiestramiento de las unidades especiales de buceadores de combate y de desactivación de explosivos del Centro de Buceo de la Armada. Actualmente está deshabitada. 


En su territorio anidan aves migratorias. Es fácil ver a la gaviota patiamarilla, el paiño europeo, el cormorán moñudo, el halcón peregrino y la gaviota de Audouin. Esta isla está protegida dentro del espacio llamado Islas e Islotes del Litoral Mediterráneo de la Región de Murcia con la categoría de Parque Natural. En esta isla hay la tercera colonia más grande del mundo de la gaviota de Audouin, en riesgo de extinción.


Mientras la rodeamos con la goleta, Antonio nos cuenta que nació en esta isla. Fue hijo del Sargento que guardaba esta isla junto con un escuadrón de soldados. Antonio tiene un recuerdo imborrable de esa época: todas sus actividades eran al aire libre descubriendo la naturaleza que le rodeaba en tierra, en el mar y bajo las aguas.




Aunque nos faltó viento, sobre todo por la tarde, navegar en esta goleta nos dio una extraordinaria sensación de libertad y, al mismo, tiempo, de bienestar y de sosiego. El frío de primeros de diciembre era una mera anécdota en esta travesía. Fue extraordinaria la camaradería entre todos los que formamos parte de su tripulación ese día.


Fondeada de nuevo la goleta en Santiago de la Ribera, regresamos al embarcadero en el chinchorro al caer la noche, como antaño cuando no había puertos y los barcos fondeaban en la bahía. Con una luna enorme que emergía de las aguas. Este fue el broche de oro de esta gran travesía. 

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