Desde la playa de Santiago de
la Ribera (Murcia), desde uno de sus embarcaderos que se meten en el mar, iniciamos
una nueva aventura marina. Nos enrolados en la goleta Saint Christophe por un
día. Está fondeada en la bahía esperando a esta nueva tripulación. Desde el
chinchorro que nos lleva a la goleta percibimos su elegancia, sus perfiles
marineros, su silueta majestuosa que se perfila sobre el horizonte del mar
Menor.
Construida a principios del
siglo XX, Victor Brix fue su diseñador francés de origen ruso. Diseñó esta
goleta en 1934 para la familia Gerardin, diplomáticos de profesión.
Fue botada el 17 de mayo de
1935 en Amsterdam. Tiene 20 metros de eslora total, con una manga de 4,50 m.,
con un calado de 2,50 m. Con un desplazamiento de unas 40 toneladas. Es de
aparejo clásico.
Después de pasar por varios
armadores, actualmente está al ciudado de Circulo Vélico, asociación que
fomenta la preservación y la práctica de las antiguas técnicas de la navegación
a vela. Su armador es Antonio Lorente, que antes lo fue de la goleta Isla
Ebusitana de popa española.
Desde el fondeadero de
Santiago de la Ribera tomamos rumbo a la isla Grosa en el mar Mayor, en el
Mediterráneo. Para ello, tenemos que pasar el puente levadizo que hay junto al
puerto deportivo Tomás Maestre. Hay un horario determinado de apertura que se
cumple a rajatabla para salir al Mediterráneo ó entrar desde este al mar Menor.
Una vez en el Mediterráneo,
la isla Grosa se presenta frente a nosotros. Es pequeña, con tan sólo 17´5
hectáreas. Es un cono volcánico muy escarpado con unos 90 metros de altitud. Al
este de esta isla hay un islote llamado El Farallón. Estuvo poblada por una
pequeña dotación militar y fue utilizada como lugar de adiestramiento de las
unidades especiales de buceadores de combate y de desactivación de explosivos
del Centro de Buceo de la Armada. Actualmente está deshabitada.
En su territorio
anidan aves migratorias. Es fácil ver a la gaviota patiamarilla, el paiño
europeo, el cormorán moñudo, el halcón peregrino y la gaviota de Audouin. Esta
isla está protegida dentro del espacio llamado Islas e Islotes del Litoral
Mediterráneo de la Región de Murcia con la categoría de Parque Natural. En esta
isla hay la tercera colonia más grande del mundo de la gaviota de Audouin, en
riesgo de extinción.
Mientras la rodeamos con la
goleta, Antonio nos cuenta que nació en esta isla. Fue hijo del Sargento que
guardaba esta isla junto con un escuadrón de soldados. Antonio tiene un
recuerdo imborrable de esa época: todas sus actividades eran al aire libre
descubriendo la naturaleza que le rodeaba en tierra, en el mar y bajo las
aguas.
Aunque nos faltó viento,
sobre todo por la tarde, navegar en esta goleta nos dio una extraordinaria
sensación de libertad y, al mismo, tiempo, de bienestar y de sosiego. El frío
de primeros de diciembre era una mera anécdota en esta travesía. Fue
extraordinaria la camaradería entre todos los que formamos parte de su
tripulación ese día.
Fondeada de nuevo la goleta
en Santiago de la Ribera, regresamos al embarcadero en el chinchorro al caer la
noche, como antaño cuando no había puertos y los barcos fondeaban en la bahía. Con una luna enorme que emergía de las aguas. Este fue el broche de oro
de esta gran travesía.
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