El descubrimiento de América
y la conquista de Granada en la época de los Reyes Católicos se producen en un
año, 1492, clave de la historia de España. Desde entonces y durante el siglo
XVI se ponen las bases para ser uno de los primeros Estados modernos de Europa y
del primer gran Imperio de la Europa Moderna.
Carlos V (Carlos I de España
y V de Alemania) heredó un Imperio en una época en la que el mar era una amplia
vía de intercambio de culturas, de comercio y de comunicación, por lo que tenía la necesidad de tener una potente Marina y diseñar una nueva estructura naval.
En el siglo XVI, el predominio de España en el Atlántico fue absoluto. Incluso tras el desastre de la llamada
Armada Invencible (1588), España sigue manteniendo la hegemonía en los mares.
Después de este acontecimiento el poder naval español se repuso en tan sólo diez años.
El predominio en el Mediterráneo
era esencial, España se jugaba su integridad territorial. El Mediterráneo se
convirtió en una batalla naval entre la cruz y la media luna, entre el Imperio
de los Habsburgo y el Imperio Otomano.
Varios fueron los Planes de
Navegación que se le presentaron a Carlos V para España. Sus protagonistas
fueron Álvaro de Bazán, Andrea Doria y Bernardino de Mendoza, decidiéndose por
el de este último, legislado de 1561 y 1564. Se descartó la galera y la galeaza
en el Atlántico a favor del galeón. Se dispuso la navegación en flota, tres al año. Las
embarcaciones tenían que estar armadas con artillería.
Para el tránsito de
mercancías (y de pasajeros) con América desde allí a España y a la inversa se
ideó un sistema de flotas para la mayor seguridad de las embarcaciones durante
la travesía frente al pirata, corso y las Armadas enemigas. Para la defensa de las
costas del Imperio, las estructuraron por Zonas geográficas con Armadas defensivas.
Carlos V y Felipe II no
tenían una Armada Real en España, sino diversas Armadas distribuidas por zonas
geográficas.
La Armada de Vizcaya.
Compuesta por una escuadra, dividida en dos. La mitad, a cargo de Luís de
Carvajal, protegía la ruta de Finisterre a Inglaterra. La otra mitad, a cargo
de Álvaro de Bazán, vigilaba la costa desde Finisterre a Andalucía.
Los navíos utilizados fueron carabelas, naos y, en ocasiones galeazas y galeones, así
como navíos menores como pataches y zabras. La financiación de esta Armada fue a
cargo del impuesto de la avería, este era un porcentaje sobre las mercancías
que entraban ó salían de los puertos y las pagaban básicamente los
comerciantes.
La Armada Guardacostas de
Andalucía (tuvo otros nombres como Armada del Oceáno), la otra Armada de la
fachada atlántica peninsular. Surgió en 1521. Custodiaba la costa del oeste
peninsular, el triángulo de Canarias, las Azores y el cabo de San Vicente.
Dirigida por el Capitán General Antonio de Urquiola. Su misión principal era
esperar a las flotas de Indias que venían en conserva con la flota y Armada de
Indias. Los navíos utilizados fueron carabelas y naos y, a partir de la década
de los sesenta, galeones. Se financiaba por el impuesto de avería.
La Armada Real de las Galeras
de España. Inició su singladura después de la conquista de Granada por los Reyes Católicos con el nombre de Armada Real del Reino de Granada. Esta escuadra estuvo muy bien pertrechada de recursos materiales. La defensa de la costa mediterránea, principalmente del sureste de
España, se hizo con una Armada Real. Era el rey quien tomaba sus decisiones de
la flota y quien nombraba al capitán general. Juan Hurtado de Mensoza fue Capitán General de esta Armada en esa época (1516). Inicialmente tuvo a Málaga como
puerto base, aunque podía invernar en puertos dispares como el de Cartagena,
Barcelona, Gerona, Nápoles ó el Puerto de Santa María. La financiación dependía
de la Corona. El navío más utilizado fue la galera, ligero y veloz propulsado
por remos, además de las velas. A veces iba acompañado de bergantines ó fustas. Solían haber 35 ó 30
barcos.
La Armada Guardacostas de
Levante. Fue una pequeña escuadra con sede en Valencia, con dos galeras
financiadas por los derechos de la seda. Fue inestable, no dando un servicio
continuado. El 13 de mayo de 1550 el Virrey de Aragón escribió una misiva al
Concejo de Alicante para que vieran la posibilidad de financiar una Armada y
guarda de mar del Reino de Valencia, que tendría su base de operaciones en
Alicante. Su misión era disuadir a los berberiscos de sus ataques a estas
costas.
La Armada Guardacostas de
Cataluña. Los puertos de la costa catalana y, especialmente Barcelona, tenían
una importancia fundamental en el comercio y la navegación en el Mediterráneo.
Barcelona fue sede de una Armada de galeras para protección de la costa y,
también, para el apoyo de otras Armadas del Imperio en el Mediterráneo, así como
un importante astillero: en sus atarazanas se construyeron cerca de un centenar
de galeras solicitadas por Carlos V y es donde se construyó la nave capitana de
Juan de Austria para participar en la batalla de Lepanto durante el reinado de Felipe II.
En la península ibérica se
sumó la Armada de Lisboa cuando Felipe II se anexionó ese reino que se sumó al
resto de territorios del Imperio español.
Hubo otras Armadas en el
Imperio. Las Armadas de la península Itálica con la Escuadra de Galeras de
Génova, la Armada de Nápoles y la Armada de Sicilia. También las Armadas Americanas: la
Armada de la Guarda de la Carrera y la Armada del Caribe.
Una compleja organización
naval que dio óptimos resultados permitiendo a España proteger su Imperio y mantener
la hegemonía en el mar durante mucho tiempo.
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