Que Dios me perdone por el disgusto que me corroe por dentro, debido a una decisión impuesta e ilegal. No acepto que esa minoría me usurpe, aunque sea por una horas, la Cataluña que admiro, esa Cataluña que ha dado y seguirá dando tanto a España, esa Cataluña emprendedora y del sentido común.
Que
Dios me perdone por la pérdida de fe en el ser humano, pero no en todos sino en
aquellas personas que se suponen que son inteligentes pero que han
antepuesto sus intereses al interés general. Personas que han hecho de una
ilusión una mentira, de un sueño un engaño. Personas que para esconder sus
vergüenzas se han amparado en la ilegalidad. Personas a las que sólo les
importa su ambición aunque para lograr su objetivo perjudiquen a todo un pueblo
al que han engañado con embustes.
Que Dios me perdone por la tristeza, por el
desasosiego, por la incertidumbre, que me ha provocado una minoría rupturista,
fracturando a la sociedad y señalando con el dedo como a malos a los que no
opinan como ellos.
¿Qué pasará cuando no pase nada, cuando se
declare ilegal la independencia y se restaure el orden constitucional?, ¿qué
pasará cuando se recupere el Estado de Derecho, cuando el Estatuto de Autonomía
se aplique de nuevo con normalidad, cuando la Constitución española vuelva a
ser la norma suprema de todos los catalanes, cuándo se restaure la legalidad?.
Volverá todo a la normalidad, sí, pero dejará en el camino a muchos que se
sentirán engañados por unos pocos produciendo unas heridas difíciles de cicatrizar
en poco tiempo. Este será el legado de los representantes políticos
independentistas.
Disfruten esta noche de esa ilusión republicana,
y recuerden que hoy la Constitución española ampara cualquier ideología,
también la suya, siempre que estén al amparo de la ley. Cataluña amanecerá
española y España será un poco más catalana cuando se restituya el orden
constitucional.
El
Gobierno español y los partidos constitucionalistas ya han puesto los medios
para que así sea: cese del Gobierno de Cataluña y elecciones autonómicas para
el 21 de diciembre para constituir un nuevo parlamento, además de otras
medidas.
Publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press.
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