Decía Platón que “el castigo
de los buenos es no soportar estar gobernador por los malos”. Eso quizá haya
pensado Irene Montero cuando entregaba su cartera a la nueva ministra de
Igualdad. Y eso porque ella podría considerarse mejor que los demás que le han
dado la espalda. Algo ha tenido que ver su soberbia en su discurso, su
desprecio a la réplica del contrario sin valorar siquiera que ese pudieran
tener razón.
Pocas veces hemos visto en
España - en nuestra joven democracia - un linchamiento político como este. Y lo
digo yo que no soy sospechoso de seguir sus mismos ideales, ella es republicana
y yo soy monárquico, pero es justo reconocerlo.
Los afines de Montero la han
traicionado. Los que debían defenderla por ser de los suyos, han preferido
mirar para otro lado. Sus compañeros de gobierno le dieron la espalda. Nadie ha
dado explicaciones, al menos no lo han hecho públicamente, en un acto de
cobardía. Todos seguían las directrices del jefe sin mirar hacia delante, bajando
la cabeza, no los borrara de la lista de afines y les dejara sin cartera. Es
cierto que Montero no aporta valor después del desastre de la Ley del Sólo Sí
es Sí, pero hay que explicarlo teniendo en cuenta, además, que esta no es su
ley sino de todo el Gobierno. El presidente la ha responsabilizado a ella
cuando fue una decisión colectiva de su gabinete. Ya dijo Rajoy de Sánchez - por
otra cosa - que era un presunto ruin, mezquino y miserable, ¿serían ahora
aplicables estos calificativos para Sánchez en su actitud con Montero?
Irene Montero es licenciada en
Psicología, ahora va a tener unos meses de reflexión en los que podrá analizar con
detenimiento todo lo que le ha pasado a ella con Sánchez. Y con Yolanda Díaz,
otra que presuntamente la ha traicionado. Nunca hubiera imaginado Irene que
estaba rodeada de tantos presuntos traidores.
Como decía Belarra, los han echado
del gobierno. Pues no veo reacción alguna a tanta afrenta. No basta decir que ahora son más libres
cuando no ejercen ese derecho. Atrévanse, pasen al grupo mixto, que su voz se
oiga en el Congreso de los Diputados. Pataleen, griten, luchen, sí se puede, para
que los suyos que les han dado la espalda sepan que no les han derrotado, que
no han desaparecido, que están ahí, que no van a ser parte de la casta que
tanto criticaron, que también han sido parte y que ahora se rebelan contra
ellas. Espabilen, a este paso tampoco le dejarán presentarse como candidata a
las elecciones europeas.
Y Diaz, cuídese las espaldas.
Sánchez se la jugará en la primera ocasión que tenga – no le quepa duda -,
cuando menos se lo espere. Ahora le
interesa tenerla cerca, que Sumar y UP se enfrenten para ver quien ocupa el
espacio de la extrema izquierda, que se saquen los ojos entre personas que
hasta hace muy poco tiempo eran compañeros de partido. Divide y vencerás, es una máxima que Pedro
Sánchez usa a menudo para batir a sus rivales.
También lo es humillar a sus
contrarios como cuando se rio a pierna suelta en la tribuna de oradores del Congreso
de los Diputados en el pleno de investidura cuando dijo entre risas que Núñez
Feijoo no había sido presidente porque no había querido. No fue nada elegante esa forma de actuar con
el jefe de la oposición y candidato a presidente del gobierno cuyo partido, el
PP, ha ganado las últimas elecciones generales, aunque no ha tenido los apoyos parlamentarios
necesarios para ser investido presidente. Sánchez no terminó la frase, quería
humillar a su rival. Porque Feijoo lo que dijo es que no quería ser presidente
a cualquier precio, a cambio de los votos de los partidos independentistas al conceder
acuerdos de dudosa constitucionalidad que es lo que ha hecho Sánchez.
Pero Feijoo ha caído en el
mismo juego de palabras tramposo y sucio al insinuar en el programa de Susana
Griso en Antena 3 que la actitud de Pedro Sánchez es patológica, que se lo
tenía que mirar un experto, dando a entender que esa manifestación chistosa del
presidente podría ser motivo de una enfermedad mental. No lo dijo así, pero lo
intuyó o eso es lo que hemos entendido la gran mayoría y he escuchado a
diversos comentaristas políticos.
Sr. Feijoo no hace falta rebajarse
tanto para hacer oposición, deje esos exabruptos a Abascal y sus correligionarios
de Vox. Y haga oposición de la buena, hay muchos motivos para hacerla sin caer
en el juego sucio. Muchos son los frentes: la pretensión de la amnistía por los
partidos independentistas, la carestía de la vida, un gasto público
desproporcionado del que ya han llamado la atención desde Bruselas al Gobierno
español, una excesiva imposición fiscal, una nefasta política exterior con meteduras
de pata con Gibraltar, Marruecos, Israel, ….
Este artículo se publico con anterioridad en el periódico El Consistorio Digital el 25 de noviembre de 2023. Algunas de las cosas que mencionaba en el mismo han ocurrido esta semana, mírelo en el siguiente enlace del periódico El Imparcial por citar uno: Podemos rompe con Sumar y se pasa al Grupo Mixto
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