Tan sólo han sido cuatro
años y parece que ha pasado una eternidad. Cuando Felipe de Borbón y Grecia fue
proclamado rey de España con el nombre de Felipe VI (19 de junio de 2014) la
Monarquía española estaba en momentos bajos en los que se cuestionaron algunos
episodios de la vida privada del rey Juan Carlos. El propio D. Juan Carlos
manifestó en reiteradas ocasiones que la Familia Real española tiene que tener
un comportamiento ejemplar y estas palabras fueron su peor enemigo al
cuestionar parte de la sociedad española algunos momentos de su biografía sin
valorar cuestiones de Estado que ocurrían en esos mismos escenarios.
Al principio del reinado de
Felipe VI retumbaba en la atmosfera social española otra frase lapidaria del
rey Juan Carlos: “en España habrá Monarquía mientras esta sea útil”. Y vaya si
lo ha sido en estos cuatro años, sentando las bases de un sólido reinado en los
años venideros.
Felipe VI ha demostrado ser
un factor de estabilidad política en unos momentos en que en España han pasado
cosas que nunca antes se habían producido y no me refiero sólo al referéndum
ilegal en Cataluña y la declaración efímera como República de esa Comunidad
Autónoma española. En este periodo de tiempo en España ha habido dos elecciones
generales con el fin del bipartidismo, hubo un largo periodo de 10 meses con el
Gobierno en funciones después de las elecciones generales hasta nombrar al
nuevo Presidente en las Cortes. En nuestra joven democracia no estamos
acostumbrados a que el Gobierno de España gobierne en minoría con necesidad de
pactos desde la misma Moción de Investidura. El rey tuvo que hacer un ejemplar
discurso televisado el 3 de octubre de 2017 después de la declaración ilegal de
independencia del Gobierno Catalán parando ese golpe de estado y frenando
reacciones encontradas que la historia definirá en su justa medida. Por primera
vez se ha intervenido una Comunidad Autónoma por el Gobierno de España y se ha
aplicado el artículo 155 de la Constitución, medida apoyada por PP, PSOE y
Ciudadanos. Recientemente ha habido un cambio de Gobierno después de una Moción
de Censura, ganándola y llegando al poder un partido político, el PSOE, que no
lo ha conseguido después de ganar las últimas elecciones generales, posibilidad
que recoge el articulado de la Constitución española de 1978. Pedro Sánchez,
nuevo Presidente del Gobierno de España, ha conseguido el Gobierno con el apoyo
de su partido, de los populistas y de los independentistas para desalojar del
poder al PP por reiterados casos de corrupción y después de la sentencia del
Caso Gurtel.
España es “una gran nación
en la que creo, a la que quiero y a la que admiro, y a cuyo destino me he
sentido unido toda mi vida como Príncipe heredero y – hoy ya – como rey de
España”. Este fue uno de los primeros párrafos del discurso de proclamación de
Felipe VI. Dando, después, las bases de su reinado indicando ser un rey
constitucional y símbolo de la unidad y permanencia del Estado, una Monarquía
Parlamentaria, destacando que “la independencia de la Corona, su neutralidad
política y su vocación integradora ante las diferentes opciones ideológicas, le
permiten contribuir a la estabilidad de nuestro sistema político, facilitar el
equilibrio con los demás órganos constitucionales y territoriales, favorecer el
ordenado funcionamiento del Estado y ser cauce de cohesión entre los españoles.
Todos ellos, valores políticos esenciales para la convivencia, para la
organización y desarrollo de nuestra vida colectiva”, añadiendo que “la Corona
debe buscar la cercanía con los ciudadanos” y así lo hace: cada vez que realiza
una visita oficial donde el pueblo puede estar cerca, Felipe VI disfruta de un
baño de multitudes.
Felipe VI también manifestó
en su discurso mencionado que ha de “velar por la dignidad de la institución,
preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente,
como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social”.
La valoración que el pueblo
español hoy hace de los reyes de España es extraordinariamente buena, cambiando
de forma radical en positivo las bajas valoraciones de hace cuatro años. Según
las últimas encuestas, el 76,2 % de los españoles opinan que Felipe VI es un
buen rey, recibiendo una valoración del 7,4 (muy alta también entre jóvenes de
edad entre 18 a 29 años con una valoración del 6,5), más del doble que los
líderes políticos españoles. Valoración tan favorable que está extendida por
todas las fuerzas políticas en España. Esta encuesta añade un dato de enorme
relevancia y es que el porcentaje aún sube más, a un 78,8%, al destacar el
papel que hacen los reyes de España en sus acciones y viajes internacionales.
Este artículo ha sido publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press (el 17 de junio de 2018).
No hay comentarios:
Publicar un comentario