La noche de San Juan es la más esperada
de las Hogueras de San Juan de Alicante, la que produce más sentimientos
encontrados, la más emocionante.
Todo el trabajo de un año para
este momento tan efímero como mande el fuego que es el gran protagonista de la noche.
Un fuego controlado por la extraordinaria labor de los bomberos, un fuego
purificador que espanta los malos espíritus que pueda haber y casi siempre los hay. Así nació esta fiesta. De
quemarse lo inservible y los malos espíritus del momento a quemar estos “monumentos” de cartón-piedra que
representan con humor escenas de nuestra vida cotidiana, sea local, nacional ó
internacional. Con el mismo fin, purificar el aire con el que vivimos y volver
a empezar.
Anoche disfrutamos de la cremá de
“Refundemos”, la Hoguera Calvo Sotelo en Alicante. Muy cerca, con mucho calor,
pero mereció la pena. Antes pudimos despedirnos de esta Hoguera y destacar sus
detalles: el gran remate de madera que la coronaba; el enorme busto de Jose
María Py, fundador de esta fiesta, que presidía el cuerpo central derramando
lágrimas de pintura junto a un cementerio de lapiceros; en un lado una alegoría
de la mascletá; en otro, un homenaje a los bomberos y a la banyá; con nueve
columnas que representan las nueve Hogueras fundadoras de esta fiesta que sostienen
la danza del fuego; con una reivindicación para que sean los artistas de Alicante los que construyan estos "monumentos" aunque haya a veces
artistas valencianos participando del concurso de Hogueras. En definitiva, una
Hoguera con la crítica y el ánimo de “refundar” las Hogueras de San Juan.
De las cenizas de esta cremá
nacen las Hogueras del 2019 porque desde ya hay que iniciar las acciones
necesarias para emprender la hoguera del año que viene y volver a tener los
éxitos de este año, incluso superarlos. Que así sea.
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