martes, 13 de marzo de 2018

Protegidos





Todos los días del año, mientras trabajamos, hacemos nuestra vida cotidiana ó dormimos, hombres y mujeres de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado velan por nuestra seguridad en tierra, mar y aire del territorio nacional y aguas costeras. También de los tres ejércitos, entre ellos las tripulaciones de la Armada y sus compañeros en tierra.


Hace unos días visitó el puerto de Alicante una flotilla de Cazaminas de la Armada española. Venían de una misión de prevención y captura de minas cerca de la costa.

La mina es un arma muy dañina, una amenaza real y vigente. Ya lo demostró en las guerras convencionales del pasado siglo XX. Una mina puede marcar la diferencia. Actualmente, con la sola sospecha que hay fondeada una mina en una zona del tráfico marítimo ó en un puerto, ese tráfico se paraliza. Si tenemos en cuenta que el 99 % del crudo que llega a España lo hace por mar, podemos imaginar la importancia que tiene la existencia o la sospecha de una mina en el fondo marino o en superficie. El tiempo de localización, análisis y detonación de una mina – en su caso – es de varios días desde que el Cazaminas se desplaza a la zona y rastrea las aguas donde se ha producido esa amenaza. La reserva de petróleo de cualquier país de nuestro entorno, además del nuestro, es de alrededor de una semana. Este es un ejemplo de la importancia en la prevención sobre la existencia de minas y la actuación sobre esta alarma.  

¿Saben quién dijo aquello de si quieres la paz, prepárate para la guerra?. Se van a sorprender. No lo dijo ni un militar, ni un político contemporáneo. Esta frase procede de un escritor romano de temas militares del Imperio Romano. Ha llovido desde entonces… Se le ha atribuido al Emperador Julio Cesar pero en realidad es de Flavio Vegecio en el año 390. Y dejó escrito también que “quien quiera conseguir la victoria, que entrene a sus soldados con diligencia. Quien aspire al éxito que luche con estrategia, y no lo deje al azar”. Frases que bien pueden valer para cualquier otra faceta de la vida, además de la militar.

La Armada española tiene Cazaminas desde hace relativamente poco tiempo. Todo empezó el 25 de abril de 1946 cuando se botó el primer buque diseñado en España para la guerra contra minas. Bidasoa fue su nombre. Pronto se dieron cuenta lo inapropiado del material de su casco: era de acero; posteriormente se construyeron de madera ó de fibra de vidrio. Con los acuerdos bilaterales entre España y EEUU en los años 50 se adquirieron diversos dragaminas. En 1960 la base de los Cazaminas se instaló en Puerto Pi (Mallorca). Desde 1990, en Cartagena.

Hoy los Cazaminas tienen instaladas las últimas tecnologías para este tipo de buques, son muy manejables, incluso pueden girar sobre sí mismo. Tienen 54 metros de eslora y 2,5 metros de calado, con profesionales a bordo muy preparados. Son ágiles en la respuesta, un modelo de ejecución que tienen como referencia a imitar otras Armadas aliadas.

A bordo de los Cazaminas Tambre y Turia entendemos mucho mejor el porqué de las misiones de estos buques tan desconocidos para el ciudadano común. Es bueno saber lo que hace su tripulación a bordo y sus buzos en aguas submarinas para preservar nuestra seguridad y la del litoral español. Rastrean el fondo marino para prevenir la existencia de minas, para detonar las minas fondeadas en caso de terrorismo y las que aún quedan y aparecen a la deriva de la Guerra Civil Española ó de la II Guerra Mundial, también para prever donde colocarlas en caso de un conflicto armado. En definitiva, las tripulaciones de los Cazaminas se preparan para un conflicto, están en continuas misiones entre Armadas de la OTAN y en todos los mares que bordean territorio español.

Este artículo no hubiera sido posible sin la información que he recibido por personal de la Armada como Delegado de la Real Liga Naval Española en la provincia de Alicante, así como por la invitación de Gustavo Gutiérrez de Rubalcava Sánchez Ferragut, Comandante Naval de Alicante, a la conferencia “Operaciones de Contra Minado en el Mediterráneo” impartida por el Capitán de Navío Rafael Arcos que dio en la Sala de Conferencias de Casa Mediterráneo de Alicante el pasado 20 de febrero y de las explicaciones a bordo de Manuel Moreno, Comandante del Cazaminas Tambre, y de Francisco Javier Garrido García, Comandante del Cazaminas Turia.

Gracias a estos valientes por su experiencia en sus misiones y por su interés en compartirlo, bien podrían tener como lema el “servicio” del que tanto y bien hacen gala.



Este artículo lo he publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press

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