D. Felipe de Borbón y Grecia, Rey de España,
cumple 50 años el 30 de enero. No van a haber fastos institucionales, lo
celebrará en la intimidad, pero sí es una fecha para hacer balance, echar la
mirada hacia atrás y ver lo realizado y lo que pretenda realizar en el futuro.
Con su personalidad, con su
estilo de emprender las cosas y de afrontar los grandes desafíos que tiene
España dentro de sus prerrogativas constitucionales, con sus hechos, tenemos un
gran rey con las ideas muy claras y con un propósito: que España sea una las
Naciones más influyentes de nuestro entorno en asuntos económicos, sociales,
culturales, porque – según sus palabras - “los españoles estamos determinados a
ocupar el puesto que nos corresponde en el mundo del siglo XXI”. Con este
mensaje fue recientemente al Foro Económico y Mundial en Davos en el que
destacó el progreso de la economía y la sociedad española en los últimos años, además
de afirmar que España “es un Estado respetuoso con la ley donde la certeza
legal prevalece y por tanto la Constitución y las leyes son aplicadas
eficazmente”.
Muchos somos en España los que
admiramos su liderazgo, y muchas son las manifestaciones que lo definen, entre
ellas: Almudena Martínez Fornés, corresponsal
del diario ABC para asuntos sobre la Casa Real española, además de autora del
reciente libro “Felipe, un rey para la España de hoy”, dice que “Don Felipe es
una persona muy serena, analítica, que tiene su sentido del humor distinto al
de D. Juan Carlos. No es un rey de prontos ni de chistes fáciles, es más
analítico. Es una persona muy trabajadora y que tiene una gran vocación de Rey”.
Para Ferré Adriá, uno de los mejores
cocineros del mundo, Don Felipe “es el Rey más preparado de la historia de
España debido a la gran preparación y educación que ha recibido. Exporta una
imagen fantástica de lo que debe de ser en los tiempos actuales una Monarquía
moderna tanto dentro de España como en el exterior”. Andrés Aberasturi, escritor y periodista dijo que “Muchos
republicanos hemos aceptado esta Monarquía democrática. Esta Institución da
estabilidad al Estado. No veo que la Monarquía sea un problema para España”.
Para
el empresario Juan Abelló, Felipe VI
“es sosegado como Felipe II, reflexivo y moderado como Carlos III, intuitivo y
audaz como Juan Carlos I. Ha sido educado desde la infancia para ser Rey y
tiene las condiciones óptimas para ejercer el cargo. La Corona es un factor
esencial de integración y vertebración de España”. A su vez, el periodista Antonio Burgos escribió en un artículo
que “… estando la plaza de toros de Las Ventas engalanada, había gente en la
puerta esperando a que llegara SM el rey Felipe VI, que Dios guarde, porque
falta le hace a España que nos lo cuide. Apareció SM en el palco real y de
momento toda la plaza se puso en pie para aplaudirlo. Y luego sonó la Marcha
Real. Y se hizo un impresionante silencio. Que se tornó en ovación, extensa y
larga, a su término. Y en un ¡ Viva el
Rey ! desde el tendido. Y ni un silbido, ni un abucheo, ni al Rey ni al himno.
Una maravilla de respeto a los símbolos de España en su Fiesta Nacional”. Isidro Fainé, Presidente de CEDE y de
la Fundación La Caixa, manifiesta que el Rey Felipe VI es “el primer Directivo
de España, lo que demuestra día a día en el ejercicio de su responsabilidad,
con determinación y compromiso, potenciando la imagen y el valor de las
empresas en todo el mundo”. Por su parte, Manuel
Ventero, Director de Comunicación y Relaciones Institucionales de RTVE dice
que “Felipe VI es un Rey de su tiempo y un gran embajador”. Y así podría citar
otras muchas que dejo en el tintero para otra ocasión y para no alargar esta
crónica.
Parece que fue ayer cuando Felipe
VI fue proclamado Rey de España el 19 de junio de 2014. De entonces hasta aquí
ha participado en multitud de actividades en relación con la sociedad civil y
militar de España y ha representado a esta Nación en diversos países de cuatro
continentes. Sorprende su agenda por las muchas acciones que realiza. Y
paralizó – junto al Gobierno de España - el golpe de estado de la DUI en
Cataluña con la misma firmeza que D. Juan Carlos I lo hizo con el golpe de
Estado del 23 de febrero de 1981. Fue determinante el discurso de Felipe VI el 3 de octubre de 2017
en el que manifestó, entre otras cosas, que el gobierno de la Comunidad
Autónoma de Cataluña ejerció “una deslealtad inadmisible hacia los poderes del
Estado”, “quebrando principios democráticos de todo Estado de Derecho”,
“incumpliendo la Constitución y el Estatuto de Autonomía”, y que será
“responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional
y autonómico”, manifestando a su vez “el firme compromiso de la Corona con la
Constitución y la democracia, la entrega al entendimiento y concordia entre
españoles y el compromiso como Rey a la unidad y permanencia de España”. Un
hecho este de la DUI que marca ya su carácter, su servicio a España y su
determinación en sus tareas como Jefe del Estado.
Orgulloso de esta España
nuestra y su historia que es “un gran triunfo de todos los españoles. Una
España a la que no debemos renunciar, – siguió diciendo en su discurso del 24
de diciembre de 2017 – que debe ilusionar y motivarnos, y que debemos seguir
construyendo, mejorándola, actualizándola, sobre la base sólida de los
principios democráticos y los valores cívicos de respeto y de dialogo que
fundamentan nuestra convivencia”.
Efectivamente Felipe VI no va
a celebrar su cumpleaños de forma pública pero el 30 de enero de 2018 va a
pasar a la historia de España como el día que se produjo la imposición del Toisón
de Oro a la Princesa Leonor por el Rey Felipe VI, máxima distinción de la
Corona española, en un acto solemne en el Palacio Real de Madrid.
Este artículo se ha publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press.
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