Multitud de niños que horas antes correteaban por las calles de Jan Shijún en Siria, que jugaban, que reían, que disfrutaban de una supuesta larga vida que tenían por delante, fue frustrada de repente por un bombardeo con armas químicas.
Son conmovedoras las imágenes de las víctimas mortales de este bombardeo, y de otros muchos. Cuerpos inertes, sin vida, dispersados por el suelo. Son dramáticas las escenas de dolor de los supervivientes, sus gestos, sus gritos, la expresión de sus caras sin decir palabra, su desesperación.
Cuando estas cosas pasan, cuando se producen hechos destacables en un mundo de violencia, la palabra paz se hace más grande, más sonora, más necesaria.
Son las reivindicaciones sociales y solidarias las que nos recuerdan que hay esperanza, que es posible un mundo en paz. Manifestaciones verbales, escritas, musicales, … Cuando estas manifestaciones las expresan un grupo de jóvenes parece que calan más porque son ellos la generación siguiente que tiene y tendrá que hacer causa común de reivindicaciones a favor de la paz.
En una ciudad emprendedora y hospitalaria de España, Elche, se celebró ayer 8 de abril en su Gran Teatro, un concierto por la paz organizado por Rotary Internacional con músicos de Italia, Grecia, Turquía, Sicilia y España. Una oportunidad para estos jóvenes y para nosotros para manifestar con la música un intercambio de culturas a favor de la paz. Todo fue posible a través de una Subvención Global de la Fundación Rotaria en su centenario aniversario.
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