Para los cristianos los viernes de Cuaresma no se come carne, además de ser de ayuno y abstinencia. Es un gesto, una señal de respeto, una penitencia, a lo que viene, la Semana Santa, el recuerdo y el reconocimiento de la vida, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.
España es un país de
tradiciones. Cada tiempo, cada estación, cada festividad, tiene su receta. Y así
han nacido verdaderos manjares aunque se degusten entre el recogimiento y la
meditación, en su caso.
Por ser olleta, la olla se
llena de varias viandas para que a fuego lento durante varias horas se cocine
un plato suculento: Verdura, sobre todo espinacas y zanahorias, además de garbanzos,
lentejas, arroz y paciencia, son los ingredientes para que salga exquisito, aunque
no lleve carne.
Con todo es un plato muy
saludable, con dos protagonistas: los garbanzos y las espinacas. Los garbanzos
son una legumbre muy energética y nutritiva, tiene vitaminas del grupo B, es
rico en hierro, potasio y fósforo, tienen una buena cantidad de fibra, Su
componente principal son los hidratos de carbono, destacando el almidón. Son
ideales para combatir la fatiga mental. Las espinacas tienen una gran variedad
de vitaminas y minerales como el calcio y el magnesio. Aportan a nuestro
organismo sustancias de acción antioxidantes.
Sea preceptivo para los
cristianos en Cuaresma, y aunque no lo sea para los demás, es una
receta que bien merece tenerla en cuenta y disfrutar, por supuesto en compañía que un plato de cuchara tiene su tertulia después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario