Caminando por la calle de
la Villavieja, en el “barrio”, después de dejar la puerta Ferrisa a mi derecha
y estar cerca de la plaza de la Iglesia Santa María, hay un callejón que honra Heliodoro
Guillén Pedemonti (Alicante 1863-1940) con su nombre. Este callejón, callejoncito sería más exacto, es feo, estrecho, sin salida y sin
vistas al castillo Santa Bárbara que lo tiene detrás. ¿Se merecía tan poco? Unos escalones suben hacia la nada.
¿Quién fue Heliodoro Guillén? Deje que se lo cuente. Un pintor afamado.. Desde niño le nació la vocación de dibujar y pintar pequeños cuadros con representaciones de la vida cotidiana. Estudió con Aurelio Ibarra, además de en la academia del pintor Lorenzo Casanova, o en Madrid con Casto Plasencia, …. A su regreso a Alicante montó su propio estudio. Sus obras empiezan a destacar, mire estos ejemplos: “Náufragos” ó "Solos" (1890) teniendo a la muerte como protagonista.
En 1891 viaja a Roma por su
cuenta a empaparse de su arte, de la cultura clásica, de los muchos artistas
que pasaban por la ciudad eterna con las mismas intenciones que la suya: aprender nuevas maneras de interpretar el arte de la pintura en sus lienzos. Empieza a
interesarse por el paisaje y por temas sin compromiso social donde destaca la
luz, “con una paleta rica y brillante en la que la mancha más que el dibujo es
la que construye las formas” según Isabel Tejeda Martín (1). En este periodo pintó
diversos rincones de la ciudad alicantina y poblaciones de su provincia como Guadalest.
Con “La última borrasca” ganó
una medalla de tercera clase en la Exposición Nacional de 1892. En este cuadro
sitúa la escena en la puerta de la casa de un pescador fallecido en el mar, en
la que los vecinos muestran su solidaridad. Guillén “copia las
escenas que ha presenciado y las enriquece con detalles tomados del natural”,
en palabras de Carmelo Calvo (2)
En 1894 lo encontramos
pintando frescos del techo del Salón Imperio del Real Liceo Casino de Alicante.
Ya tenía el reconocimiento social que necesitaba para seguir plasmando su arte. en este mismo año se presentó con seis obras a la Magna Muestra que se realizó en Alicante como "La campiña romana" de estilo fortunyesco o "Il pescatore di perle" con el que alcanzó la medalla de plata. En 1918, junto con sus amigos Vicente Bañuls y Joaquín Sorolla, proponen crear el Museo Provincial de Bellas Artes.
Según su biografía en la web
del Museo del Prado donde se expone su obra “La última borrasca”, se especializó en
marinas, temas regionalistas y paisajes, además de ser profesor de dibujo del
Instituto de su ciudad natal, presidente del Círculo de Bellas Artes de la
capital alicantina y reconocido como Caballero de la Orden de Isabel la
Católica. A su vez, fue Académico de la Real Academia de San Fernando, vice cónsul honorífico de Noruega y México, además de otros cargos.
Que un oriundo de Alicante, o
de cualquier otro lugar, de nombre a una calle, avenida o plaza de la ciudad,
es un gran reconocimiento. Muchos lo quisieran para alguno de sus antepasados,
incluso para ellos mismos. Y no hace falta que se tengan que urbanizar calles
nuevas para rotularlas, sino que las modas, la ley de memoria histórica que propone
borrar todo lo que tenga que ver con el franquismo y con esto los nombres de las calles de personas relacionadas con ese régimen, y los cambios políticos,
hacen que calles que ya tienen nombre se sustituya por otros. En este caso,
creo que Heliodoro Guillén se merece una calle más emblemática y representativa
en la ciudad. ¿Qué le parece a usted?.
1. Investigación y Docencia en Bellas Artes. El contexto artístico alicantino entre siglos (1873-1918). La costosa entrada de la renovación lingüística”, por Isabel Tejada Marín
2. “Bocetos y episodios. El estudio de Guillén”, de Carmelo Calvo(
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