Muchas son las iniciativas
que se han elaborado para mejorar la oferta turística del castillo Santa
Bárbara, que han contribuido a la buena imagen de Alicante. Y otras no llegaron
a realizarse porque fueron audaces o criticadas.
Ahora, con un periodo
electoral cercano, una iniciativa de impacto sumaría votos a quien la proponga.
Ya ha pasado antes. ¿Se acuerda cuando el alcaldable Luís Díaz Alperi anunció -
a bombo y platillo - a unos días de las elecciones municipales, el proyecto de
la Ciudad de la Luz, con estudios cinematográficos? Parece que esta iniciativa le
dio votos de última hora, al más puro estilo anglosajón, generando además la
sorpresa de todos.
Imagine el revuelo que se
gestaría si a algún partido político se le ocurriera hoy proponer como proyecto
estrella de su campaña electoral la construcción de un parque de atracciones en
el castillo Santa Bárbara. Aunque parezca un disparate, hubo quien se atrevió a
proponerlo. Hace muchos años, eso sí. Ahora se lo cuento.
El castillo Santa Bárbara es
una de las señas de identidad de la ciudad de Alicante. También es uno de los monumentos
más visitados de España.
La historia del castillo avala
que sea objeto de todas las miradas y despierte el deseo de los más ambiciosos
para emprender en él grandes cosas. Como cuando el ingeniero Alfonso Conceiçao
de la Cruz presentó su proyecto en el Ayuntamiento de Alicante. No había mejor
sitio que ese, pensó. Ni mejor ubicación. Estaría en el horizonte de su ambición
en beneficio de la ciudad. Esta propuesta se presentó en febrero de 1931. ”Tiene
el propósito – manifestaba la exposición de motivos del proyecto – de crear un gran
parque de atracciones y urbanizar la parte superior de Santa Bárbara y la
construcción de un ferrocarril funicular que vaya desde la playa del Postiguet
a la parte superior del castillo”.
En julio de 1931 el Ayuntamiento
republicano aprobó y tomó en consideración “el anteproyecto para crear un
parque de recreos en el castillo”. Se dispuso que el presupuesto de ejecución
sería de cinco millones de pesetas. Parece que se lo tomaron en serio. Los
técnicos analizaron, evaluaron el proyecto y estudiaron su viabilidad, poniendo
el máximo interés.
El proyecto se terminó en agosto
de ese año. El 21 de ese mes trascendió el acuerdo municipal positivo,
indicando que la concesión tenía que ser de cincuenta años. Todo estaba
preparado para seguir adelante. Ilusión no les faltaba. Sí en cambio,
determinación. Cuando tenían que tomar la decisión, aparecieron las dudas,
algunas críticas, los hay madre mía que nos cargamos el castillo, las manifestaciones
que decían que era una seña de identidad de la ciudad que no podían poner en
peligro. Y, aunque parecía que se iba a hacer, no llegó a ponerse en práctica. Menos
mal.
Como otros proyectos, el
castillo Santa Bárbara siempre está en el punto de mira. Ahora le cuento uno de
ellos. ¿Se acuerda del Parador Nacional que quería montar Manuel Fraga en su
parte superior cuando era ministro de información y turismo? Nos hubieran dejado
sin el castillo que disfrutamos hoy porque una instalación hotelera en su
interior lo habría cambiado todo. Aunque también hubiera sido un atractivo
turístico, nos habría situado en el mapa hotelero español de lujo de entonces con
la industria turística cogiendo auge en España y se hubiera difundido esta ciudad
cuando se difunden los paradores nacionales. Este proyecto generaba opiniones de
todo tipo, ya ve.
Pero hay más. Varias veces se
ha propuesto hacer un teleférico que conecte el castillo Santa Bárbara con la playa
del Postiguet, o con el puerto, convencidos que desde sus cabinas se ven las
mejores vistas de la ciudad y su entorno. Es una indudable atracción turística.
Otra cosa es el coste de oportunidad. Sin ser originales, porque hay otras
ciudades que lo tienen, como Lisboa, Río de Janeiro, Madrid, Barcelona, …
Fue el empresario alicantino Alfredo
García Murcia quien quiso poner en marcha su sueño: conectar el castillo con la
playa del Postiguet por medio de un teleférico. Invirtió tiempo, dinero y mucha
ilusión. Sin ella, las primeras dificultades no hubieran permitido continuar con
su empeño. Pero le sirvió de poco. No hace tanto tiempo de esto. Fue en 2004 cuando
se constituyó la empresa Teleférico Santa Bárbara, S.L. Su objeto social decía
que su actividad era la gestión y explotación de actividades turísticas, de
transportes, turismo y espectáculos. Esta empresa buscó como aliado a AC
Nielsen quien estudió la viabilidad de este proyecto. La idea era transportar
800 viajeros a la hora en tres telecabinas con capacidad para 12 personas. Tardarían
alrededor de un minuto en recorrer la distancia entre el castillo y la playa
del Postiguet.
Pero, aunque parecía que era
viable, no despertó el interés suficiente de inversores y ciudadanos para construirlo,
además de los problemas urbanísticos por ocupar el vuelo de propietarios
privados que pudieran generar problemas durante su desarrollo. Finalmente,
terminó en el baúl de los recuerdos, arrumbado en un rincón en espera que
alguien lo rescate del olvido.
Posteriormente en 2013, durante
la alcaldía de Sonia Castedo, se volvió a proponer este proyecto del teleférico.
Al de García Murcia se le añadía una estación. Este proyecto se aparcó
nuevamente en un cajón esperando una oportunidad para desarrollarse.
Y este momento parece que ha
llegado con un proyecto totalmente nuevo, con una nueva ubicación y un novedoso
planteamiento. Es un proyecto del Ayuntamiento de Alicante que Toño Peral, actual
concejal de Presidencia y Coordinador de Proyectos, presentó a la opinión pública.
Lo contó también en uno de los Encuentros que organiza la Real Liga Naval
Española a través de su delegación en Alicante.
En este nuevo proyecto la
telecabina recorrerá el vuelo desde el centro
cultural de las Cigarreras hasta el castillo Santa Bárbara, superando los
impedimentos anteriores con propietarios privados y pasando por el vuelo de propiedades
de titularidad pública. Este proyecto forma parte de uno de los 11 ejes estratégicos
de la Agenda 2030 en los que se ha implicado el Ayuntamiento de Alicante. Está
pendiente de financiación, esta vez será a través de fondos europeos, y en su
defecto con fondos autonómicos, una solución pública para tan importante obra
de ingeniería.
Ya ve que por iniciativas que
no quede, que hay para todos los gustos. Se ha pasado del disparate republicano
de proponer un parque de atracciones en el castillo Santa Bárbara, a sugerir - en
la actualidad - un teleférico que una las Cigarreras con el castillo mejorando,
a su vez, la accesibilidad a este monumento.
Y si son muchas y curiosas
las iniciativas para desarrollar en este castillo, también lo son las que hay
para el puerto de Alicante, pasadas, presentes y futuras. Pero esto es otro artículo
que publicaré en otro momento.
Este artículo lo publiqué con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Plaza el 14.11.2022 con el título de "¿Un parque de atracciones en el castillo Santa Bárbara?.
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