Entre Alcoy y Benilloba, por
la carretera CV-70 atravesamos la Partida de Penella. En medio de bancales de
almendros y olivos, se alza un castillo en un peñón calizo de paredes
verticales por su cara norte. En un alarde de ingeniería y equilibrio. Tiene el
mismo nombre que donde se ubica: Penella.
Se construyó en el siglo
XIII, nada menos. En 1272 el Rey Jaime I concedió a Guillem Ponç de Villafranca
las alquerías de Penella y Forminyán y le autorizó a construir un castillo. Eligió
un sitio singular. Su origen fue defensivo y un símbolo del poder feudal.
Se ve desde otras fortificaciones
de la zona y se asoma al campo de Concentaina, población que está a unos siete
kilómetros. Pequeño, de planta irregular, está formado por una torre alargada y
esbelta con edificios a su alrededor y un aljibe. La torre es de planta cuadrada, de cuatro
metros de lado y doce de altura.
Fue restaurado para consolidar sus muros (2003-2006), pero no reconstruido lo que es de agradecer porque podrían haberle quitado ese encanto que aún le queda de castillo alto y altivo que con su torre parece que escala el cielo para tener más protagonismo y visibilidad desde su parte más alta.
Todo su entorno se ha vallado. Para acceder a él hay que hacerlo por una puerta metálica cerrada por un candado. La llave de este hay que pedirla a la Policía Local del Ayuntamiento de Concentaina, presentando el DNI. Numerosos escalones metálicos nos acercan a las murallas y nos llevan a la entrada de la torre.
Es arquitectura defensiva
medieval y como tal se le nombró Bien de Interés Cultural (BIC).
Datos de contacto para acceder al castillo: teléfono nº 965590159 o mandando un correo electrónico a concentaina@tourisinfo.net
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