El discurso de Navidad del Rey del 2020 ha sido un mensaje de ánimo, de
exaltación de nuestros valores democráticos e históricos, sin ocultar los
problemas reales que preocupan a los españoles, sin dejarse influir por las
manipulaciones de una minoría que crea incertidumbres de cuestiones que hoy no
preocupan a la ciudadanía. En la última encuesta del CIS la Monarquía española
no preocupa a los españoles, tan sólo a un 0,3%. A su vez, en otra encuesta el Rey
Felipe VI tiene el apoyo de más del 70 % de los españoles y es el líder español mejor valorado.
Pero permitan que me centre en su discurso de Navidad. Había levantado
mucha expectación por las tremendas circunstancias del covid-19 en la población,
en la economía y en la sociedad; por los ataques a la Monarquía por los
comunistas e independentistas; por las acusaciones de presuntas irregularidades
del Rey Juan Carlos hechas por los políticos antisistema. Esta expectación la
había fomentado incluso el propio Gobierno de Pedro Sánchez para callar bocas a
esa oposición infundada hacia la Monarquía Parlamentaria.
El Rey cuando habla lo hace con propiedad y con autoridad, y se dirige a
todos los españoles, sin excepción. Quien se excluya es por su propia elección.
En la Nochebuena el Rey Felipe VI se mostró cercano, dirigiéndose “a las
personas y a las familias”, entrando a los hogares con su voz firme pero sentida,
solidaria con la situación creada por la pandemia.
Permitan que destaque alguna de las frases más llamativas de su discurso.
Sirva como resumen de un discurso impecable, el más largo desde que es Rey.
Vean.
Felipe VI entró de lleno en un sentimiento generalizado al afirmar que “muchas
familias no os habéis podido reunir esta noche como teníais pensado por las
medidas sanitarias; y en miles de hogares hay un vacío imposible de llenar por
el fallecimiento de vuestros seres queridos, a los que quiero ahora recordar
con emoción y con todo respeto. Un recuerdo que llena de sentimientos muy profundos
nuestros corazones". Que gran verdad. Para los que nos falta ese ser querido que
el Rey recuerda, estas palabras de consuelo tienen un valor especial. Mi madre
falleció durante el confinamiento, no directamente por el covid-19. La recuerdo
todos los días, y más en estos días navideños tan familiares. También se acordó
de los que lo están pasando mal, de los que están luchando contra el covid-19 y
contra sus secuelas.
El Rey siguió diciendo que el “2020 ha sido un año muy duro y difícil. El
virus ha irrumpido en nuestras vidas trayendo sufrimiento, tristeza o temor; ha
alterado nuestra manera de vivir y trabajar”.
Se refirió a la mayor preocupación de los españoles, el paro, al afirmar
que “muchos ciudadanos y familias vivís la angustia del desempleo o la
precariedad; la angustia de apenas llegar a cubrir las necesidades básicas; o
sentís la tristeza de tener que abandonar un negocio al que habéis dedicado
vuestra vida”.
Pero hay que reaccionar, hay que buscar soluciones, y el Rey nos anima a
ello, afirmando que “tenemos que afrontar el futuro con determinación y
seguridad en nosotros mismos, en lo que somos capaces de hacer unidos, con
ánimo y esperanza; con confianza en nuestro país y en nuestro modelo de
convivencia democrática”.
Tiene fe ciega en los españoles y en su capacidad de reacción y de
superación “porque ni el virus ni la crisis económica nos van a doblegar”.
el Rey en el hospital de campaña de Ifema
De sus viajes por España manifiesta que “la Reina y yo hemos visto el
coraje y el nervio de este país”, han visto a “miles de ciudadanos que
representan a una sociedad que se ha sentido más unida que nunca en su lucha y
resistencia frente a una situación tan adversa”.
¿Con que cuenta España para resolver esta situación?. El Rey manifestó que “contamos con una sociedad fuerte y también con un Estado sólido”, llamado la atención en “la eficacia y entrega de nuestras Fuerzas Armadas, de nuestros Cuerpos de Seguridad, Protección Civil y servicios de Emergencias, y otros muchos servidores públicos, que han demostrado su vocación de servicio y su plena sintonía con nuestra sociedad”.
Añade que “contamos sobre todo con
nuestro sistema de convivencia democrática. En un tiempo en el que la pandemia
y sus consecuencias económicas y sociales provocan tanta incertidumbre, nuestra
Constitución nos garantiza nuestro modo de entender la vida”.
Añade que “los avances y el progreso conseguidos en democracia son el
resultado del reencuentro y el pacto entre los españoles después de un largo
período de enfrentamientos y divisiones. Son el resultado de querer mirar
juntos hacia el futuro, unidos en los valores democráticos; unidos en un espíritu
siempre integrador, en el respeto a la pluralidad y a las diferencias, y en la
capacidad de dialogar y alcanzar acuerdos. Son principios que no pierden nunca
vigencia por el paso de los años”.
Seguidamente se refiere a un tema esperado por todos y de difícil manera de expresarlo en unas pocas palabras para que no queden dudas. Afirma que “junto a nuestros principios democráticos y el cumplimiento de las leyes necesitamos también preservar los valores éticos que están en las raíces de nuestra sociedad”. Y se reafirma como lo hizo desde el principio de su reinado. Sigue diciendo que “Ya en 2014, en mi Proclamación ante las Cortes Generales, me referí a los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas. Unos principios que nos obligan a todos sin excepciones; y que están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares. Así lo he entendido siempre, en coherencia con mis convicciones, con la forma de entender mis responsabilidades como Jefe del Estado y con el espíritu renovador que inspira mi Reinado desde el primer día”.
Volvamos al discurso. El Rey Felipe VI manifiesta que “siempre he pensado que España es un país extraordinario, de una enorme riqueza y diversidad cultural, construido a lo largo de los siglos gracias al esfuerzo en muchas generaciones de españoles”, añadiendo que “no somos un pueblo que se rinda o que se resigne en los malos tiempos".
Continúo manifestando que "va a ser nada fácil superar esta situación, y en cada casa lo sabéis bien. Pero yo estoy seguro de que vamos a salir adelante. Con esfuerzo, unión y solidaridad, España saldrá adelante. Con todos y para todos. Y, como Rey, yo estaré con todos y para todos, no solo porque es mi deber y mi convicción, sino también porque es mi compromiso con todos vosotros, con España”.
Al final de su discurso manifiesta con un mensaje rotundo de esperanza al
afirmar que “no será difícil que el año 2021 mejore a este 2020. Vamos a
recuperar en lo posible la normalidad”. Que así sea.
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