Uno de los lugares más
emblemáticos de Alcoy, al que algunos llaman la plaza Mayor, la del
Convento y otros por su propio nombre, la del Dins, es un lugar de
encuentro, sosiego, tertulia, y fiesta en los días de celebraciones mundanas y
callejeras.
Donde antes hubo un convento
de grandes dimensiones con iglesia, el de San Agustín, hoy sólo queda su claustro
con arcos clasicistas. Desde el acceso a esta plaza por la calle Santo Tomás
nos encontramos con un solo arco gótico empotrado en la pared que era de acceso
a la iglesia del convento desde el claustro.
Es con la protección de
Saurina de Entenza, condesa de Terranova, sobrina del rey Jaime I y esposa del
Almirante aragonés Roger de Lauria, cuando se construyó este convento
fortificado, junto a su palacio señorial. Se iniciaron las obras en 1.290
terminando en julio de 1.338. Lo habitaron 17 monjes guerreros de la Orden de
San Agustín, dependiente de la Orden Militar de Montesa. Para su fábrica se
utilizaron buena parte de las piedras del destruido castillo y de sus murallas
tras la conquista de la ciudad por Jaime I contra los moros. Martí Casanova
escribe en su Guía del forastero de Alcoy, en 1.864, que este convento tenía
claustro, huerto y cocina con muchas fuentes.
Este convento fue subastado
en una de las desamortizaciones del siglo XIX vendiendo bienes de la iglesia y
de las comunidades religiosas. Concretamente en 1837. Fue comprado por la
ciudad, para la construcción de unos párvulos y para dependencias del
Ayuntamiento. Madoz nos cuenta que “al tiempo de la supresión existían 2
conventos: uno de la orden de recoletos de S. Francisco fundado en 1740 … ; y
el otro, del orden de San Agustín fundado en 1.290. … hallándose en el de San
Agustín, la sala consistorial, las oficinas del Ayuntamiento y el pósito ó
granero público”.
El convento y sus glorias son
sólo el recuerdo y parte de la historia de Alcoy. Su claustro es hoy una plaza
pública con viviendas en cada lado, punto de encuentro en cuyos bares y terrazas para el tapeo
ó el tardeo, ó ambas cosas, la tertulia discurre bien cerca de estos arcos
centenarios, testigos de tantas cosas …
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