Desde hace poco más de un mes, Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno
español, manifiesta en sus discursos que la lucha contra el coronavirus es una
batalla sin cuartel que venceremos juntos. Usa términos belicistas para
reafirmar su mensaje. No es original, ni
tampoco el primero en afirmarse de esta manera. Fue Emmanuel Macron, Presidente de
Francia, en manifestarse así por primera vez y, desde entonces, Pedro Sánchez
lo emula y lo exagera desde la proclamación del estado de alarma en España. Su
propuesta - y la de todos - es “combatir” el covid-19. Pero va más lejos
imitando gestos y actitudes, incluso frases enteras, de líderes extranjeros. Ya
sabemos que eso de plagiar - presuntamente, claro - se le da muy bien. Pero,
además, todo tiene un por qué, no es por casualidad.
Frases como “Todos y cada uno de los actores de la sociedad tenemos una
misión específica en esta batalla”, “El enemigo no está a las puertas, penetró
ya hace tiempo en la ciudad”, “Viviremos momentos muy duros en la lucha contra
la pandemia”, “Contamos con la voluntad de la mayoría de los ciudadanos para
vencer en esta batalla”, “La amenaza del coronavirus nos está poniendo a
prueba” .“Debemos combatir simultáneamente en el frente sanitario y en el
económico y social”, “Nos adentramos en una fase crucial en la lucha contra el
coronavirus”. Ya ven, frases para todos los gustos.
Pedro Sánchez busca en sus discursos un efecto positivo, una frase
llamativa que despierte simpatía en nuestras conciencias, con cierto contenido
emocional. Como la que dijo en la prórroga del estado de alarma el pasado 6 de
abril al manifestar que “debemos pasar del qué pueden hacer los demás por mí al
qué puedo hacer yo por los demás”. Buena frase, pero ¿les suena, quien la dijo
antes?. Efectivamente, la dijo - muy parecida - nada menos que John F. Kennedy
el día de su investidura como Presidente de los EEUU el 20 de enero de 1961
cuando manifestó que “no te preocupe qué puede hacer tu país por tí, pregúntate
que puedes hacer tu por tu país”. Igualitas, no hay duda.
Pedro Sánchez también emula a Churchill en muchas de sus frases y
cuando manifiesta que “unidos resistiremos a los golpes de la pandemia y jamás
nos rendiremos. Y venceremos” (17 marzo 2020). Recuerda mucho aquella arenga
que hizo ese líder inglés después de la evacuación de su ejército en Dunkerque
huyendo de las tropas alemanas en la II Guerra Mundial: “Defenderemos nuestra
isla a cualquier precio, batallaremos en las playas, guerrearemos en los
aeródromos, lucharemos en los campos y en las calles, nos batiremos en las
colinas. Y nunca nos rendiremos” (4 junio 1940).
Alguno me dirá entonces qué ocurrencia la mía, cómo comparo a Pedro
Sánchez con el General De Gaulle primero porque el primero es civil y el
segundo fue militar. Pero no soy yo el que le busca similitudes, sino que lo
hace el equipo de comunicación del entorno más directo del actual Presidente
del Gobierno de España, con Iván Redondo a la cabeza. Sin decirlo, pero
buscando evidencias entre uno y otro líder. Ya verán, ahora se lo cuento.
El General De Gaulle se erigió como portavoz del pueblo francés cuando
Francia se rindió a los alemanes en la II Guerra Mundial. De Gaulle se presentó
en Londres frente a Churchill y los aliados como la persona en la que confiar
para liderar a los franceses en la lucha contra Hitler y su ejército. Y para
ello, De Gaulle eligió la radio de la BBC para comunicarse “con su pueblo” (18
y 22 de junio de 1940) y anunciar la próxima liberación de Francia de los
nazis. Fueron mensajes motivadores en los que no había dudas, ese día - aunque
no sabía cuándo sería - estaba cerca para liberar Francia y devolver la
libertad a los franceses. De Gaulle se convirtió en la voz de la resistencia, aunque
ya existente antes de sus mensajes, y de la conciencia y la esperanza de muchos
franceses. Con sus mensajes estaba más cerca el final de la tiranía nazi en
Francia.
Los mensajes de Pedro Sánchez desde la Moncloa pretender ser la voz del
pueblo contra la tiranía del coronavirus. Todo muy medido. Aunque son discursos
largos, muchas veces mitineros, la mayoría de las ocasiones sin contenido y sin
novedades destacables. Me recuerdan los largos discursos de Fidel Castro, dictador
comunista cubano. ¿Se acuerdan?.
Pedro Sánchez no transmite emoción en sus palabras, no despierta un
sentimiento de unidad, de ir juntos donde haga falta para luchar con ese
enemigo invisible y tan dañino como es el coromavirus. Pedro Sánchez no genera
en los españoles ese sentimiento motivador y esperanzador que produjo De Gaulle
en los franceses ó Churchill en los ingleses. Al contrario, provoca
incertidumbre porque no genera confianza y mucho de lo que dice en esos
discursos es corregido después por sus ministros, por la redacción de las
Órdenes Ministeriales ó los Decreto Ley.
Sorprende porque es lo que a los españoles nos hubiera gustado
escuchar, sean de la ideología que sean. Un mensaje de un líder que sume para
ir todos unidos contra el covid-19. Y no, Pedro Sánchez no transmite ese
sentimiento, que va.
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