En uno de los balcones
naturales más bellos de Santa Pola, en el Cabo del mismo nombre, junto al faro
que alumbra de noche toda la bahía, frente a la isla de Tabarca, una estructura
metálica se adentra al vacío como proa al viento.
Una pasarela de 70 metros de
lago, con 8,5 metros de voladizo que sobresalen de la sierra, un mirador con 35
metros de longitud, el mar a nuestros pies y, desde aquí arriba a vista de
pájaro podemos disfrutar de una vista amplia: el peñón de Ifach, Sierra Helada,
Benidorm, Puig Campana, la sierra Aitana, Villajoyosa, Campello, el Cabeçó
d´Or, Alicante, Santa Pola, Guardamar. En días claros se ve hasta el cabo de
Palos, en Murcia.
Paneles explicativos
describen el entorno. Toda la sierra está recorrida por multitud de senderos y
de carriles bici para disfrutar del medio ambiente al aire libre.
Destacando desde aquí
la isla de Tabarca que parece que emerge desde el mar aunque ahí está siempre para
deleite de todo el que quiera observarla. Desde tan lejos se recortan sobre el
mar su propio faro, la torre-prisión, la iglesia y el pueblo fortificado,
rodeado de ese mar limpio y puro que la rodea y contribuye a hacer de esta isla
nuestra joya del Mediterráneo.
Para llegar desde la
carretera nacional 332, encontrarás un camino asfaltado a la derecha viniendo
desde Santa Pola, frente a una estación eléctrica. Una pista asfaltada en
dirección al faro y, desde este, esta pasarela metálica, resistente, nos abre
el mar a nuestros pies sobre un precipicio, un acantilado de un gran desnivel. Una sensación de libertad con los pies en el suelo, sin peligro siempre que disfrutes de este mirador con sentido común.
1 comentario:
Rotundo, erudito y breve. Enhorabuena!
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