La plaza de San Jaime en Barcelona es
una de las más antiguas y principales de la ciudad. Forma como un rectángulo que
en sus lados más largos están, uno en frente del otro, el edificio de la
Generalitat de Cataluña y el del Ayuntamiento de la ciudad.
La plaza como tal es reciente, del
siglo XIX, al construirse la nueva fachada del Ayuntamiento y derribar la
iglesia de San Jaime.
El Palacio de la Generalitat Catalana
es la sede de su Presidencia. De origen medieval, es uno de los pocos edificios
en Europa que sigue siendo sede de gobierno. Su fachada principal, construida
por el arquitecto Pere Blai en 1596, destaca por su estilo renacentista. En una
hornacina, la figura de San Jorge.
El Ayuntamiento de Barcelona ó Casa de la Ciudad tiene
su origen en 1369 con el Consejo de Ciento, institución del gobierno de la
ciudad en los siglos XIV al XVIII. Tiene una fachada neoclásica proyectada por
Josep Mas i Vila entre 1831 y 1847. En 1853 Francesc Daniel Molina proyectó el
coronamiento de mármol esculpido por el italiano Filippo Casoni. En las
fornituras de la planta se instalaron las estatuas, realizadas por Josep Bover,
del rey Jaime I, en la izquierda y de Joan Fiveller, importante representante de
la sociedad barcelonesa del siglo XV, en la derecha.
Entre ambos edificios hay un espacio abierto, donde
se desarrollan multitud de actos públicos de toda índole. Es el lugar en el que
se solía poner en Navidad el belén, el pesebre como lo llaman en Cataluña. Esta
Navidad de 2016 Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, ha mandado instalar un
pesebre con una visión contemporánea inspirada en un poema de Josep Vicenç Foix
titulado “Ho sap tothom i es profecía”, escrito en nueve estrofas. Toti Toronell
y Quim Domene, los artistas que han hecho la instalación de este particular
pesebre, han representado cada estrofa en una esfera gigante y
transparente.
La polémica está servida. Desde las
filas del PP, partido político opositor en el gobierno del Ayuntamiento de
Barcelona, y entre buena parte de la ciudadanía barcelonesa, se manifiesta que
esta representación no es un pesebre por mucho que aparezca el niño Jesús, junto
a la Virgen María y San José dentro de una de sus esferas. En cualquier caso que
cada uno saque sus propias conclusiones.
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