viernes, 27 de marzo de 2009

Aigues - Casita de Xixi - Aigues

El pasado 15 de marzo la Asociación de Caminantes de Aigues nos congregó a socios y amigos para realizar una nueva ruta de senderismo. Desde las Escuelas, como otras veces. El clic de la cámara para hacer la foto de grupo es el pistoletazo de salida, teniendo en cuenta que no es una competición. Cada uno se impone su ritmo para caminar.


Por subidas. Por bajadas. Como una atracción de feria de montaña rusa. Con una dificultad media. En dirección a la Partida de la Sierra de Xixi en el término municipal de Campello. Acompañados todo el trayecto por el Barranco de Aigues, en cuya vereda reposa el cauce del río del mismo nombre. Hoy un hilillo de agua que busca el mar cuesta abajo, pero que se queda por el camino. Esta senda, junto con el barranco y el río, fueron testigos de grandes acontecimientos de la historia de Aigues, surgiendo desde este barranco la línea imaginaria de la frontera entre los reinos de Castilla y Aragón, en aquellos días de 1244, por indicaciones del Tratado de Almizra.




Todo el sendero discurre entre campos de secano. Almendros, algarrobos, olivos, algunos pinos, con surcos y terrazas peladas por el abandono. Algunos árboles se retuercen moribundos por la falta de lluvias. Matas de barrillas y esparto tapizan los rincones, las huertas, sin orden, sin el cuidado y la mano del agricultor.



El grupo se estira. Cada uno se arrima a sus amigos, a sus compañeros de sendero. Hoy se nos une un nuevo senderista. Jesús, de Alicante. Gran conversador, contribuye con sus relatos a que no nos demos cuenta del calor de esta mañana.
Vemos a lo lejos la casita de Xixi. En el borde de la Sierra. Dio cobijo a los guardas que vigilaban el barranco, la entrada ó la salida al mar ó al interior. Desde aquí se vigilaban, también, los rebaños de ovejas que antaño pastaban por estas laderas. Incluso los derechos de caza menor de estas tierras que disfrutaban unos y miraban otros.





Desde esta altura se ve toda la costa. La torre vigía, junto al mar, donde desemboca el Barranco de Aigues. El pueblo y la playa de Campello. Las playas de Muchavista y San Juan, la bahía de Alicante, la Sierra de San Julián y la de Santa Ana, el Castillo Santa Bárbara, la ciudad de Alicante, el Cabo la Huerta y el de Santa Pola, la isla de Tabarca, la Sierra de Foncalent, … el Cabeçó d´Or, la Aitana, el Puig Campana, la bahía de Villajoyosa y Benidorm, con su isla, Sierra Helada, la Sierra de Bernia, …



La casita de Xixi, un lugar estratégico donde los haya. Una atalaya dominante sobre una gran extensión de tierra. Pensando en esto y en su nombre, Xixi, me viene a la memoria otra Sisi. La que protagonizó durante años las pantallas de los cines. La emperatriz Sisi, personaje idolatrado por la industria del celuloide, cuando protagonizaban su historia los actores Romy Schneider y Karlheinz Bohm en el papel de Emperador y Emperatriz, respectivamente. Entre lujos y oropeles. Cuando la realidad de la vida de Sisi no fue un cuento de hadas. Hija del duque y la princesa de Baviera, casó en 1854 con Francisco José de Habsburgo, sobrino y heredero de Fernando, Emperador del Sacro Imperio. La rigurosidad del protocolo de la Corte Vienesa, las malas relaciones con su suegra y una posible anorexia, marcaron su vida. Vida que terminó trágicamente en manos del anarquista italiano Luigi Luccheni, quien el 10 de octubre de 1898, cuando la Emperatriz iba a trasladarse de Ginebra a Montreux, le clavó un cuchillo en su corazón ocasionándole la muerte inmediata. Igual suerte corrió el sobrino de su marido, el archiduque Francisco Fernando, asesinado en Sarajevo en 1914, provocando el inicio de la Primera Guerra Mundial.

La actual industria del cine va a volver a contar la historia de Sisi, la Emperatriz, a través de la productora austriaca Lilly Berger que está en negociaciones con los estudios Warner y Disney. La actriz Catherine Zeta-Jones protagonizará el papel de Sisi, revelando aspectos desconocidos de su historia. Tom Hanks es el actor que hará el papel de Francisco José, el Emperador y esposo de la Emperatriz Sisi.



Después del almuerzo, en los alrededores de la casita de Xixi, volvemos a Aigues. Por estos caminos socarrados por el sol. Por estas veredas desnudas de arboleda. Por estas sendas polvorientas. Por estos campos abandonados. A lo lejos, aupándose en el horizonte, ya vemos al pueblo escalar el cielo. Las primeras casas, el barrio de la Torre, la cúpula de la Iglesia, … Llegamos sudorosos pero contentos de haber realizado esta aventura entre amigos. ¡Animo, nos espera una cervecita fría en La Taberna!.

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