Me imagino que a Sánchez le
importa un bledo esta afirmación, y otras como esta. Mientras tenga cubiertas
sus ansias de poder, todo lo demás le da igual.
No seré yo quien intente ejercer
presión sobre el Rey sobre su decisión de nombrar a Feijoo para presentarse a
la investidura. Las leyes ya determinan cómo se ha de hacer esto. Lo que si
afirmo es que el PP de Feijoo es la lista más votada y debería tener la
oportunidad de presentarse al pueblo español con su programa desde la tribuna
de oradores del Congreso de los Diputados. Dicen desde el PP que hoy tienen más
apoyos que el PSOE para alcanzar una mayoría. Es complicado saberlo, dependerá
de las negociaciones que hayan hecho con otras fuerzas políticas.
En una votación puede pasar
de todo, incluso salir un resultado inesperado. No daré ideas, seguro que tiene
en su mente alguna de ellas. Nadie daba inicialmente posibilidades de éxito en la
moción de censura que Sánchez presentó a Rajoy porque el PNV había apoyado recientemente
al gobierno del PP en la aprobación de los presupuestos generales del Estado. Así
lo manifiesta Bieito Rubido, entonces director de ABC, en su interesante libro “Decir
la verdad”, por citar a uno de los periodistas que siguieron con detalle ese momento
histórico de la democracia española.
Luego el PNV cambió de bando
y el resultado fue otro, a cambio de talonario y competencias. ¿Por qué no
puede pasar ahora lo mismo? Incluso no necesariamente con el PNV, sino con otras
fuerzas políticas. O con el PSOE. Ya hay voces socialistas que no están de
acuerdo con un nuevo gobierno Frankenstein con gran protagonismo de los
partidos independentistas. Así lo han dicho Emiliano García-Page, Tomás Gómez, Felipe
González, ….
Es increíble que Sánchez se
apoye en un prófugo de la justicia para volver a ser presidente del gobierno. Parece
un chiste, aunque desgraciadamente no lo es. Ha rescatado del olvido a un
cadáver político, renegado por todos, incluso por los suyos. Hasta ahora, porque
nadie se atreve a quitarle su protagonismo.
Incluso a Puigdemont podría interesarle
un gobierno del PP y que Junts estuviera en el candelero de la actualidad informativa
en cada votación, en cada paso que diera en el Congreso de los Diputados un
gobierno de Feijoo.
Pero hay más. Por costumbre,
durante la transición española, el primero que se presentaba a una investidura,
después de la ronda de consultas por el Rey con las distintas fuerzas políticas
y designación del candidato, era el de la lista más votada, en este caso el PP.
Ya sé que los partidos de
ultraizquierda niegan la transición. Los que así opinan se olvidan de lo mucho
y bueno que se hizo en y por España en ese momento, desde el Rey Juan Carlos que
renunció a sus poderes absolutos, hasta toda la clase política que renunciaron
a sus intereses particulares por el interés general, pasando por Suárez, González
y Carrillo, con consensos de Estado, con tolerancia, con altura de miras.
Ese espíritu de la
Transición, con mayúscula, es el que falta y el que reivindico en estas líneas.
¿Se imagina un acuerdo PP y PSOE que evite cesiones de poder a políticos
indeseables que tiene en su argumentario la destrucción de España?
Sería lo deseable y evitar
situaciones de la que arrepentirnos en el futuro. Ya sabe ese refrán que dice
que “a río revuelto, ganancia de pescadores”. En momentos de incertidumbre, hay
políticos que son capaces de conseguir lo mejor para sus intereses particulares,
no para el interés general. Sanchez debería saberlo, no “vender” a España a
quien le garantice su propósito, y volver a gobernar este gran país a cualquier
precio.
Este artículo se publicó con anterioridad en mi columna de opinión del periódico esdiario el 18 de agosto de 2023.
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