Callejeando por Alicante, recorremos los aledaños al casco antiguo y visitamos la plaza del Santa Faz, ubicada
en la parte trasera del Ayuntamiento de Alicante. Con un fin, admirar su puerta
trasera. De estilo barroco, realizada en piedra arenisca por el escultor Juan
Bautista Borja entre los años 1730 y 1735.
Sencilla, pequeña en toda la
extensión de la fachada trasera de la Casa Consistorial, pero preciosa. La
puerta está permanentemente cerrada, antiguamente daba acceso al archivo
municipal de la ciudad, actualmente no se usa desde que ese se trasladó a otra
ubicación ocupando las instalaciones del palacio Maisonnave en la calle
Labradores, nº 9. Hay otra puerta, más centrada, por donde se acceden a las dependencias consistoriales desde esta plaza.
Sobre el dintel de la puerta,
está esculpido el escudo de Alicante, amparado por un león rampante a cada lado.
A diferencia de estos leones en la tradición heráldica española, estos miran
para atrás. El león es símbolo de poder, de fuerza, de la excelencia de la
Monarquía española. Alicante formó parte de la Corona de Castilla, después de la de Aragón, del Reino de Valencia y finalmente del actual Reino de España. El
escudo de la ciudad está coronado y lo rodea el Collar de la Insigne Orden del
Toisón de Oro, de la que es Maestre Soberano el rey de España. Lo concedió a la
ciudad el rey Carlos I en 1524 por los servicios prestados a la Corona.
En las columnas, bajo los
capiteles florales, hay unos niños regordetes que miran a poniente uno y a levante el otro. No
son querubines. En el centro, otro niño de cuerpo entero aguantando toda la portada con gesto de
asombro, y quizá de cansancio, pero ahí está soportando el peso de tan gran responsabilidad.
Todo rodeado de adornos florales y frutales, dando armonía al conjunto.
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