Una vez más salir a caminar y
hacerlo entre amigos es la excusa para disfrutar de una jornada inolvidable. En
este caso por una ruta de senderismo singular que llama la atención a los
sentidos. Y tanto, como adentrarse por los alrededores y a través de las
salinas y arenales de San Pedro del Pinatar, en Murcia, en un entorno precioso
donde flamencos, grullas y otras aves migratorias, pescan a su antojo en sus
aguas.
El punto de encuentro fue el
aparcamiento público que hay al inicio de la playa de La Llana junto al
restaurante Mar de Sal. Para iniciar la ruta se caminó hacia las salinas en dirección
contraria a esa playa, bordeándolas durante unos kilómetros, dejando a la
derecha la caseta del centro de atención de las salinas, avistamiento de aves y pasarela acceso a la
playa de la Torre Derribada, para llegar mucho después y coger la avenida del
Puerto, pasando junto al molino Quintín. Este molino salinero se construyó a principios
del siglo XX y se usaba para elevar el agua de mar a las balsas.
Se sigue por el paseo teniendo
a un lado la playa de la Mota y al otro las salinas de San Pedro del Pinatar. Más
adelante el camino se estrecha, andando por un sendero con el Mar Menor en un
lado y las salinas por el otro. Se encontrarán con el molino Calcetera. Es de
las mismas características que el anterior y se usaba para lo mismo. Estuvieron
en uso hasta los años 70 del siglo pasado. Muy cerca, la playa de La Llana en
el Mar Mayor, el Mediterráneo, por el que se llegará al punto inicial de
encuentro.
Esta es la ruta de ese día, mírala en este enlace
Ya ve. De nuevo un grupo de
amigos, unidos por un mismo interés común, el senderismo. Participaron en el
inicio de una nueva aventura. Una senda por descubrir. Un recorrido diferente que
anima a recorrer senderos - en esta ocasión - a la vera de los canales de las
salinas y de su lámina de agua pendiente de su evaporación por el sol para
recoger la sal. Amontonadas después en montañas blancas que parecen de nieve,
pero son de sal. Estas salinas de San Pedro del Pinatar son de las más importantes de España. Su sal es de gran calidad y se emplea para alimentación, cosméticos y medicamentos.
Esta reunión de amigos tenía
un sentido especial. Sus participantes forman parte de la Internacional Hiking
Fellowship of Rotarians. Después de la caminata y poco antes de la degustación
de un menú marinero – la gastronomía también es importante en estas actividades
– en el restaurante La Granja Celebraciones, se procedió al Cambió de Bastón. Un procedimiento sencillo para el cambio de
Presidente. El saliente le entrega al entrante el bastón de mando, senderista por
supuesto. En este caso, Fran Jurado le entregó el bastón a Ricardo Molina. Con
unas palabras previas de despedida del primero, y otras de bienvenida del
segundo, manifestando este la novedad por la que Rotary Internacional ha
decidido que las agrupaciones puedan estar formarlas por cualquier persona, aunque
no sea rotario. Además, Ricardo contó algunos de sus proyectos y también que va
a internacionalizar la agrupación abriéndola al mundo ya que rotarios de otras
latitudes se han interesado por formar parte de esta agrupación.
Antes de dar Ricardo su
programa de intenciones le dio la palabra a Pascual Rosser Limiñana, presidente
fundador de esta agrupación, reconociéndole su difícil tarea inicial y el
trámite que realizó con Rotary para la autorización y puesta en marcha de esta
asociación. Rosser manifestó que lo hizo con la ayuda de un excelente equipo,
que se rodeó de los mejores para emprender este nuevo proyecto que llegó a buen
fin por la unión del trabajo de todos, entre los que estaban Fran y Ricardo. A
su vez, Pascual terminó destacando el compañerismo y la amistad, valores que les
unen para afrontar juntos grandes retos.
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