domingo, 2 de octubre de 2022

Locorotondo y su monumento a los caídos

 


En la comarca de Puglia, en el “tacón” de Italia, en la provincia de Bari, hay un pueblecito presidiendo un valle de viñedos, tierra rica y labrada que produce buenos vinos. Su nombre es Locorotondo. Se le conoce por muchas cosas, entre ellas por su curiosa estructura circular de su casco antiguo, con calles estrechas, arcos que las atraviesan y otros que te llevan a pequeños patios llenos de geranios.




En este paseo urbano encontramos también puertas señoriales y ventanas historiadas, iglesias grandes como la de la Madre de San Jorge Mártir o muchas más chicas como la que dedican a San Nicolás. Caminando por concurridas calles y plazas vemos bellos rincones donde la vida no se detiene y el parroquiano del lugar vive sin inmutarse del tránsito de los abundantes turistas como nosotros que hemos invadido su entorno por unas horas.






Tiene varias puertas que acceden al barrio antiguo. Entraremos por la de la plaza Victor Manuel, pero antes visitamos el parque que tiene en frente y nos asomamos al valle de Itria Saldremos mucho después por otra puerta bajo un arco de medio punto blanco por dentro y blanco por fuera, formando parte de una vivienda que parece robusta y fuerte.






En ese parque frente a la plaza de Victor Manuel hay un monumento dedicado a los caídos en todas las guerras. No es uno más. En este se detallan con nombres y apellidos los caídos en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial. Si todas las guerras son malas, más lo es aún que una familia pierda a buena parte de sus miembros en ella. Fijándote en la lista de nombres te das cuenta que eso pasó en algunas familias de esta localidad. Un mismo apellido se menciona en reiteradas ocasiones y detalla los nombres de sus caídos. De ambas contiendas. Sobrecoge pensarlo. Héroes o víctimas, cada uno que piense lo que quiera, pero fallecidos de un mismo tronco familiar. Dele su homenaje leyéndolos, hay muchos.




En este monumento se inspiró Rafel Nadal publicando su novela titulada “La maledicció dels Palmisano”, traducido a cinco idiomas constando como autor Nadal Farreras ya que al coincidir su nombre con el del famoso tenista español las editoriales extranjeras se lo impusieron. Rafel visitó Locorotondo con su mujer en agosto de 2011. En un paseo por esta localidad visitaron el mencionado monumento a los caídos. Comprobaron que entre los fallecidos en la Primera Guerra Mundial había 21 de la familia Palmisano. En los de la Segunda Guerra Mundial el apellido que se repetía mucho es el de Convertini. Inspirado en ellos y que ambas familias se vieran implicados en ambas guerras, escribió su novela en donde tiene mucho que ver la familia y el destino, y en el que recoge la Italia de aquellos tiempos bélicos.




Permita que vuelva a las calles de Locorotondo que, aunque reivindica la paz en muchas de sus falladas,  hoy es un pueblo pacífico que recibe a sus visitantes con los brazos abiertos demostrando su hospitalidad hacia todo el que quiera caminar por su calles y visitar sus monumentos.




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