Perfecto Arjones se aficionó a la fotografía desde los 14 años. Aún no era consciente del apasionante mundo en el que se metía. Iniciada esta actividad como una afición, fue la aventura de su vida. Y esa fiebre que le fue cautivando cada vez más en el arte de fotografiar todo lo que le llamaba la atención, se la contagió a su hijo Rafa, actual responsable del fotoperiodismo del diario Información de Alicante, siguiendo la gran escuela que hizo su padre en esta especialidad periodística.
Perfecto evolucionó en la
fotografía convirtiéndola en su profesión, primero en el periódico Faro de
Vigo, de su ciudad natal, después en el Información de Alicante. Venir a la
capital alicantina era una oportunidad profesional, aunque fuera todo nuevo
para él.
También era nueva su forma de
trabajar. Creció como profesional de la fotografía al mismo tiempo que el
Información creía en número de lectores. Recordaba con gracia cómo tuvo que
revelar sus carretes después de fotografiar a los participantes y autoridades de
unos de los primeros Festivales de Benidorm: a oscuras en una habitación de un
hotel, manipulando el revelado con sus manos dentro de un armario para evitar
cualquier entrada de luz. Posteriormente tenía que llevar o enviar urgente el
negativo al periódico para que se editaran las fotos en la Redacción. Con el
tiempo el Información fue abriendo delegaciones en diversas poblaciones de la
provincia: Alcoy, Elche, Orihuela, Denia, …. Y este trabajo fue más cómodo y profesional.
Retrató la vida cotidiana en la
provincia de Alicante. Supo captar el alma de cada foto. Fue experto en el
encuadre, maestro en capturar ese instante trascendental que hace historia
desde el momento que es capturado, esas milésimas de segundo para inmortalizar
miles de imágenes de momentos concretos.
Prefecto, “el Choclas” como gustaba
que le llamaran, manifestaba que el fotoperiodismo era parte de la noticia. Hasta
entonces, cuando presentaba las fotos en la redacción, era el periodista que escribía
la noticia quien recortaba la foto si lo necesitaba para darle más protagonismo
a su texto. Perfecto se negó a esto y consiguió que, con el tiempo, le hicieran
caso. Les convenció. Manifestaba que si su objetivo había fotografiado un gesto
de sorpresa en un personaje retratado en una foto, esta no podía recortarse y
no ver el origen de su sorpresa. El Choclas insistía en afirmar que la foto daba
valor a la noticia y tenía que ser ella misma la noticia, enriquecida luego con
el texto y no al revés. Hizo escuela y hoy se tiene mayor consideración al
material gráfico en la redacción de las noticias.
Gracias a su inquietud y a su fotoperiodismo, hoy tenemos fotografías de un periodo fundamental de la historia de Alicante y su provincia. Sin sus fotos no entenderíamos esa realidad de la misma manera.
Entre sus muchas anécdotas,
destacaba la relación de amistad que hizo con Juan Carlos de Borbón, primero
como Príncipe, después como Rey de España, en sus visitas a Alicante y a
diversas poblaciones de la provincia. Contó en una ocasión que D. Juan Carlos
le regaló unos dátiles después de su visita a Elche y que guardó como oro en
paño porque “me lo había regalado un Rey”.
Desde su jubilación se propuso digitalizar sus miles de fotos para que quedaran para las generaciones venideras unas fotografías que contaban el devenir cotidiano de una ciudad, de una provincia, junto con los acontecimientos especiales, para que juntas contar con fotografías la historia de Alicante y su provincia. Y en esto estaba, además de valorar nuevos proyectos, cuando la muerte le pidió un retrato para enrolarlo en su eterno camino al infinito. Buen viaje, Perfecto Arjones.
Este es el blog de Perfecto Arjones donde podrás ver muchas de sus fotos
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