domingo, 13 de julio de 2025

Un adiós musical muy emotivo

 


Con un lleno total, la interpretación del Concierto para piano y orquesta n.º 1 en si bemol menor, Op. 23 de Piotr Ilich Tchaikovsky por la Sinfónica ayer en el ADDA en Alicante ha sido apoteósica. La orquesta nos ha llevado casi al éxtasis, todos los músicos implicados en tan descomunal resultado. Muy emocionante. Como emocionante han sido las palabras de Josep, su director, recordando a Rafael Beltrán Dupuy, homenajeado con este concierto después de marchar a su eterna travesía. 



Josep contó anécdotas y el legado de Rafael por su interés por la música clásica, programando 1000 conciertos, nada menos. Rafael también destacó en este campo por la creación de la Sociedad de Conciertos de Alicante de la que fue su alma y uno de los socios fundadores junto a unos amigos, entre ellos mi padre, así como por el descubrimiento de nuevos talentos como Carlos Santo, pianista hoy de este concierto. 




Permita que le cuente algo de esta obra que, personalmente, he escuchado muchas veces, pero en cada ocasión me emociona más. Buena elección para un día como este. Fue compuesto entre noviembre de 1874 y febrero de 1875, en un momento de gran efervescencia artística en Rusia. Tchaikovsky, ya consolidado como compositor, se propuso crear una obra que combinara virtuosismo pianístico con una orquestación poderosa y emotiva.


La ambición de Tchaikovsky por explorar nuevas formas musicales lo llevó a escribir su primer concierto para piano. Deseaba crear una pieza que pudiera ser interpretada por un gran virtuoso y que reflejara tanto su sensibilidad melódica como su dominio técnico.






Uno de los elementos más fascinantes del concierto es su inspiración en melodías populares ucranianas. El primer movimiento incluye un tema que Tchaikovsky escuchó de un músico callejero cerca de Kiev, tocado en una zanfona. También hay una cita de una canción francesa en el segundo movimiento: Il faut s’amuser, danser et rire (“Hay que divertirse, bailar y reír”).

Tchaikovsky dedicó la obra al pianista alemán Hans von Bülow, quien la estrenó el 25 de octubre de 1875 en Boston, Estados Unidos. El público estadounidense recibió la obra con entusiasmo. Curiosamente, el tema principal del primer movimiento —ese que todos reconocemos— ¡nunca vuelve a aparecer en el resto del concierto!






Con el tiempo, este concierto se convirtió en una de las obras más interpretadas del repertorio pianístico. Búsquelo en YouTube, le gustará.


El programa de esta tarde también incluía la Obertura fantasía Romeo y Julieta de Tchaikovsky y una selección de la suite Romeo y Julieta de Prokofiev. Una tarde memorable, sin duda. Un emocionante adiós musical.


Enlaces de interés en relación con este artículo:

ADDA Auditorio de Música de Alicante - ADDA

Orquesta - ADDA Simfonica Alicante

Maestro Josep Vicent - ADDA Simfonica Alicante

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