Ya llega, ya llega, gritan muchos con cara de satisfacción.
La multitud se agolpa en Alicante en las aceras de la avenida de la Estación,
de la plaza de Los Luceros, …. Quieren verlo de cerca. Los niños con sus palmas
hechas en Elche, los adultos con ramas de olivo. Las autoridades con sus varas de mando o sus báculos o sus palmas. Los sacerdotes
con sus ropajes apropiados para la ocasión. Los músicos con su uniforme y sus
instrumentos de viento y percusión. Todos acompañando a Jesús Triunfante.
La sensación es de fiesta, de júbilo, de alegría. Hoy se
conmemora la entrada de Jesús de Nazaret a Jerusalén hace poco más de dos mil
años. Un hombre sencillo que iba a salvar el mundo. Una persona del pueblo sin
más pretensiones que ofrecer un mensaje de paz y de armonía junto con el de
amar al prójimo como a ti mismo.
Aunque muchos lo vieron o quisieron ver como un libertador de
los romanos por la conquista y anexión al Imperio Romano. Los tenían dominados.
A la mayoría los menospreciaban, e imponían sus leyes y sus impuestos. Y las autoridades romanas y el orden judío lo vieron como una amenaza. Pero estaban equivocados.
El burrito o la burrita, lo que más le guste, lo representa.
Es el “paso” del domingo de Ramos que abre la Semana Santa en muchos lugares de
España. Las figuras del de Alicante son del escultor José Seiquer Zanón. El paso lo componen
cinco figuras incluida la de Jesús. 47 son los costaleros que lo llevan en
los distintos relevos, de la avenida de la Estación hasta la plaza del
Ayuntamiento.
Durante el recorrido se interpreta la marcha procesional “Hermanos
Costaleros” de Abel Moreno, en homenaje a quienes desde el año pasado han
vuelto a llevar “la burrita” a varal. No se hacía así desde 1958. También "Macarena", "En la cena del señor", ...
Recorren calles y plazas ante la admiración del pueblo.
Alicantinos de cuna y de adopción lo aclaman y lo veneran. También muchos
turistas se paran en la acera para verlo, usan sus cámaras de fotos y sus
móviles para inmortalizar la escena y contarlo en sus lugares de origen.
Y ahí va Jesús otra vez, despertando pasiones, removiendo conciencias, transmitiendo el mismo mensaje de amor y de paz que hizo hace algo más de dos mil años. Y por eso fue insultado, maltratado y crucificado, hasta que resucitó al tercer día y ascendió a los cielos. Hoy su mensaje sigue siendo de plena actualidad.
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