El entierro de Cristo, de
Juan de Juni, sobrecoge. Indudablemente es una obra maestra. El escultor supo
llamar la atención del observador que mira asombrado la muerte de un hombre
bueno, un hombre justo que trajo al mundo su mensaje de paz y de convivencia
entre los pueblos.
De origen francés, el escultor renacentista Juan de Juni se afincó en Valladolid. Esta obra la hizo entre 1541 y 1545 por encargo de Fray Guevara para el conjunto escultórico de su capilla funeraria en el desaparecido convento de San Francisco en Valladolid.
El grupo escultórico está
formado por siete figuras de tamaño natural, o incluso mayor a este,
independiente cada una salvo la imagen formada entre la Virgen María y San
Juan. Cada personaje está situado en una puesta en escena de cara al
espectador. Cristo yacente se sitúa en el centro. Hay otros personajes como
José de Arimatea y Nicodemo que participan en el embalsamiento.
En esta obra Juan de Juni
demuestra su habilidad y creatividad, así como su dramatismo y expresividad que
llaman la atención del espectador. En los gestos de los personajes se ve la
expresión de la duda, muestran muchas preguntas sin respuesta. Es muy expresivo
los gestos de las manos de la Virgen. Todo cambiaría unos días después con su resurrección.
Actualmente el grupo
escultórico se encuentra en el Museo Nacional de Escultura en Valladolid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario