¿Qué hacemos con los jarrones
chinos? Quizá le sorprenda este título en un análisis de la actualidad política
en España. Esta expresión es una metáfora al comparar a altos cargos del Estado
cuando dejan su cargo con esos grandes jarrones de artesanía china que no sabes
dónde colocar en casa y que – vaya paradoja – se rompan al caer al suelo cuando
un niño tropieza con ellos.
Lo dijo Felipe González por
primera vez cuando iba a cesar a sus ministros y sustituirlos por otros. Sobre
todo, cuando se refería a los más señalados, aquellos que quizá se consideraban
imprescindibles. Y ya ve lo que les demostró la realidad, que no lo eran.
Después pasarían por ese proceso de duelo que recorre todo alto cargo cesado que
pasa de tener mucho poder en su ámbito a no tener ninguno, de disfrutar de ciertos
privilegios sociales a pasar a un segundo plano y perderlos todos.
Paulatinamente, no es de la noche a la mañana, pero la caída es lenta e inevitable.
¿A qué se dedicarán después del cese, el partido les tendrá preparado otro destino
especial, volverán a su antiguo trabajo? … También se menciona esta célebre frase del
título de este artículo para citar a los ex presidentes del gobierno y su
porvenir inmediato después de dejar su cargo.
Lo mismo le pasó al propio
Felipe González cuando el pueblo español lo sacó de la Moncloa al perder las
elecciones generales. En su escaño del Congreso de los Diputados parecía
perdido. Igual que Jose María Aznar. El sentimiento de ambos fue mutuo. Después
de haber liderado la política de este país, de tener la agenda llena de
acontecimientos y eventos, a reducirse esta drásticamente. De rodearles los
periodistas al entrar en el hemiciclo esperando una noticia que contar, a pasar
inadvertidos. Tiene que ser muy duro, no lo niego. Pero esto forma parte del
juego político de la democracia.
Hace un par de semanas escuché
en la tertulia de Àngels Barceló en la Ser la frase que titula este artículo. Escucho
la radio en el coche cuando viajo por trabajo. Hago muchos kilómetros y me
permite escuchar tanto las tertulias de la Ser como las de Onda Cero, hay que
escucharlos a todos. Le invito a que haga lo mismo, no se cuenta la realidad de
la misma manera.
Uno de los tertulianos de esa
tertulia de la Ser mencionó a uno de esos supuestos jarrones chinos refiriéndose
a Pablo Iglesias. Supongo porque Iglesias aún no ha encontrado su sitio fuera
de la primera línea de la política. Este había acusado en una entrevista el día
anterior del veto que supuestamente habían puesto Compromís y Más País a Unidas
Podemos para evitar que entraran en la coalición Sumar. Cuando todos los que
estaban en esa negociación pidieron a los diferentes interlocutores que
guardaran discreción y no filtraran nada a los medios de comunicación, Iglesias
no cumplió esa regla. Los acusados negaron la mayor. Pero sí vetaron a Irene
Montero, líder de UP, al excluirla como candidata a una nueva elección. Curioso
que un nuevo proyecto político empiece restando en vez de sumar.
Curioso también que Yolanda
Díaz e Irene Montero fueran de la mano en sus reivindicaciones de UP dentro del
Gobierno de Pedro Sánchez y ante una nueva contienda electoral la primera
niegue el protagonismo a la segunda. ¿Qué ha pasado? Al parecer, que Montero ya
no aporta valor y que con una de sus leyes estrella ha fracasado
estrepitosamente consiguiendo el efecto contrario al deseado y produciendo una
gran alarma social.
A Pedro Sánchez le está
pasando ya lo de Montero. Muchos barones del PSOE no quieren salir en la misma
foto que el líder de su partido porque les resta valor en vez de sumárselo.
El desastre de las últimas
elecciones municipales y autonómicas fue tan grande para la izquierda que
Sánchez no vio otra salida que convocar elecciones generales anticipadas evitando
tener que dar explicaciones a los suyos y que estos cuestionaran su liderazgo. Pero
lo está. No sólo lo digo yo, se lo he leído recientemente a Alfonso Guerra en
su artículo “El embrollo electoral” publicado en The Objetive. No es el único
líder socialista que pone el grito en el cielo con lo que está pasando. Algo se
mueve en el PSOE para organizar el post sanchismo.
Las encuestan ya vaticinan un
cambio de ciclo, un gobierno del PP después de esas elecciones generales en
España. Si fuera así, ¿Pedro Sánchez sería otro de esos jarrones chinos? Pronto
lo sabremos.
Este artículo fue publicado con anterioridad en mi columna de opinión de esdiario el 22 de junio de 2023
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