Se cumplieron los pronósticos
del hombre del tiempo, como los del popular Roberto Brasero en Antena 3. Y los de AEMET cuyos
mapas de pronóstico de nieve en alerta roja no dejaban dudas de lo que nos venía
encima. Y ocurrió, vaya si ocurrió. Vean.
Filomena, fue el nombre que
se le dio a la borrasca que ya ha pasado por la península ibérica, vistiendo de
blanco campos y ciudades, dejando estampas idílicas, en donde jóvenes y adultos
hicieron batallas de bolas, mientras los niños hacían muñecos, ambos de
nieve. Bien abrigados, con mascarilla, para protegerse del frío y del covid-19.
En Castilla La Mancha y Castilla y León la nieve calló abundante. En la Comunidad Valenciana, la nieve dio mucho que hablar, nevando en cotas muy bajas. En Morella o en Benifallim, y poblaciones de sus alrededores, la nieve fue generosa. Buenos recuerdos tengo de los pueblos de Els Ports y El Maestrazgo, viaje que hice con mi mujer y mi hija, esta bien pequeña, por Morella, Forcall, Mirambell y Cantavieja, contado en este blog en el enlace anteriormente citado. Benifallim y sus alrededores los conozco bien. La sierra está muy cerca de la capital alicantina y desde muchas poblaciones costeras se ve la nieve en las montañas. A poco menos de una hora puedes llegar en coche desde Alicante a la nieve por la carretera de Ibi a Benifallim, y con un poco más de tiempo por la de Polop a Benifato y de este a las fuentes de la Aitana, o de Sella a Alcolecha, y por supuesto un poco más arriba andando por el puerto Tudons o por el la Carrasqueta por sendas y senderos. Y mucha precaución. Aunque este año las restricciones provocados por el covid-19 invita más a ver la nieve desde lejos o desde casa.
Ya ven que lo cuento además desde el recuerdo y la nostalgia, esta vez no he podido observar este regalo de la naturaleza - ni de lejos, ni de cerca - porque estoy en casa en cuarentena por haber estado cerca de un contagiado por coronavirus durante una actividad marinera al aire libre, aunque fuéramos todos con mascarilla. La prudencia y el protocolo covid-19 me han recluido en casa, del que me quedan dos días para cumplir la cuarentena. Estoy sin síntomas de este virus por lo que todo apunta que sólo ha sido un aviso de que hay que mantener firme las precauciones contra el contagio y todo quedará en una anécdota. Habrá otras nieves y otros paisajes que disfrutar. Que así sea.
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