La perseverancia fue su aliado
para conseguir el éxito. El guionista Jerry Siegel y el dibujante Joe Shuster, después de intentarlo en repetidas ocasiones, lo consiguieron. Fue la revista Action Comics quien les dio la
oportunidad de publicar las viñetas de su personaje un 18 de abril de 1938.
¡Superman!.
Inicialmente, en 1933, se le dio el
perfil de un villano, de una persona malvada, un científico loco con
superpoderes. Pero tuvo escasa repercusión por lo que sus autores cambiaron su
perfil por el lado contrario, por el defensor de la ley ante los malos.
Crearon
una historia con un niño como protagonista. Nacido en Kriptón, sus padres lo
lanzan a la tierra antes que su planeta fuese destruido. El niño es criado en
adopción por una familia de granjeros. Clark Kent crece en un buen ambiente. Ya
adolescente, se da cuenta de sus poderes sobrenaturales, que emplea en defensa
del bien.
El éxito de este comics ha sido
llevado al cine de Hollywood, como la película de 1978, con Richard Donner como
su director, teniendo Christhoper Reeve el papel de Superman, con Gene Hackman
como Lex Luthor y Marlon Blando como Jor, el padre de Superman. Después de esta película vinieron otras cada
una mejorando sus efectos especiales y sus guiones, aunque siempre se recordará a Christhoper Reeve con su interpretación como Superman.
Un superhombre es lo que nos hace
falta hoy. Un líder de verdad que gane mayorías por las urnas, que lleve con
firmeza las riendas de este país, que no tiemble ante la adversidad, que ame su
trabajo, que su única aspiración sea el servicio público a los ciudadanos.
Este líder podría ser el héroe de
muchas miradas, que con mensajes, acciones y su trabajo diario y el de su
equipo, motivase a la ciudadanía a creer que el futuro puede ser mejor.
Creyéndolo es posible. El que lo imagina lo puede crear. El que la busca, la
consigue.
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