Si hay en el año una noche
mágica, esa es la de los Reyes Magos de Oriente, esos que vinieron a adorar al
niño Jesús y que, con el tiempo, se transformó en una fiesta lúdica a favor de
la felicidad de los niños a los que se les colma de regalos si durante el año
se han portado bien. Por tierra, mar y aire llegan a nuestros pueblos y ciudades
para recorrer calles y plazas para cumplir las ilusiones de tantos que lo
esperan todo de ellos sin conocerlos de nada.
Pero ¿que sabemos de estos
Reyes Magos?. La Biblia se refiere a que eran magos, no dice su número, ni
menciona que fueran reyes. A partir del siglo III se interpretó que podían ser
Reyes por sus regalos: oro, incienso y mirra, y por las iconografías que los
representaban de generación en generación. Y en número de tres por ser este el
número de la mención de sus regalos.
En el famoso mosaico de San
Apollinaire Nuovo de Rávena (s.VI) se representa a los Reyes Magos ataviados al
estilo persa.
Es en el siglo XVI cuando se
les representa con los rasgos de las razas conocidas de la Edad Media: Melchor, blanco y con
barba rubia, como europeo; Gaspar, moreno y con barba negra, asiático; y Baltasar,
africano. Y es desde este momento cuando a Baltasar se le representa de color
negro.
A partir del siglo
XIX en España se celebra la noche de Reyes Magos en la víspera de la Epifanía del Señor y se daban regalos
a los niños. Fue en 1885 cuando se hizo la primera Cabalgata de los Reyes Magos
en Alcoy. Y posteriormente se popularizó esta representación en toda la geografía española. Desde entonces
es un acontecimiento social donde la ilusión se multiplica en espera de esta
noche mágica en la que los Reyes Magos llevan los regalos a las casas mientras
los niños duermen. Desde el amanecer del 6 de enero es día de júbilo familiar donde
los niños van de su casa a la de sus abuelos y tíos en busca de esos regalos
tan ansiados. Se convierte en un día de encuentro y de muchas emociones que se
recordará pasados muchos años.
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