“Niñooos, a la mesa”. Sentados, uno de ellos dice: “Pero mamá, ¿que es esto?”. En el plato, un filete de ternera y … espinacas. “Emilio, tienes que comer de todo”. Y Emilio se lo come todo, sin decir palabra … menos las espinacas. Ya podía decirle Macarena, su madre, ó Gaspar, su padre, que se tomara las espinacas y nada, el niño ni probarlas. Emilio, sentado en la mesa mirando el plato y de reojo a sus padres, hasta que tienen que salir corriendo para no perder el autobús del colegio. Emilio se fue a la escuela con una expresión de triunfo. Por la noche, cuando le pusieron la cena, Emilio se encontró con una sorpresa. El plato de espinacas que se había dejado a medio día ¡se lo habían puesto de nuevo!. Con cara de pocos amigos le dijo a sus padres, sin saber que tenía su baza perdida: “Papás, tonterías pocas”. Pero Emilio terminó comiéndose las malditas espinacas.
Algo parecido me pasó a mí a sus mismos años. Ya podía mi madre cocinar las espinacas de diferentes maneras, que siempre ponía problemas para comérmelas. Un día, viendo en la tele unos dibujos animados, apareció un personaje curioso. Un marinero con gorro blanco, cabello rojo, camiseta negra, poderosos antebrazos, pantalón azul y una pipa en la boca. Con un parche en el ojo derecho, de ahí su nombre porque Popeye se traduce como ojo saltón ó ojo tuerto.
Popeye se enfrentaba a diversos peligros. Su peor enemigo, un gigantón llamado Brutus que, además, intentaba cortejar a Olimpia, su novia. Popeye se ponía muy furioso y para ser más fuerte se tragaba una lata de espinacas para conseguir una fuerza extraordinaria y combatir a sus enemigos. Desde ese día se me abrieron los ojos de niño y las espinacas se convirtieron en un manjar que me hacían soñar aventuras, que me ayudaban a superar cualquier adversidad con mi imaginación, que me protegía de malvados y malhechores porque mi fuerza era como la de Popeye.
Popeye el marino fue creado por Segar, apareciendo por primera vez en la tira de cómic Timble Theatre de King Features Syndicate, en la edición del The New York Evening Journal del 17 de enero de 1929, primero como personaje segundario, después como principal. Sus primeras historietas estaban inspiradas en las películas de Charles Chaplin. Este año 2009 ha cumplido 80 años despertando la curiosidad de muchos niños, haciéndonos recordar aquellos años cuando lo fuimos nosotros y que queda ya un poco lejano. Un recuerdo entrañable y familiar cuando nos sentábamos frente a la tele ó junto al TBO, para ver estas viñetas, y dejar correr nuestra imaginación.
Popeye, cogiendo el timón, recorriendo allende los mares de nuestros recuerdos en busca de nuevas aventuras.
Otros enlaces relacionados:
http://semos-dos.blogspot.com/2009/12/popeye-el-marino.html
http://gabrielcasta.blogspot.com/2008/03/popeye-el-marino-soy.html
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