sábado, 8 de septiembre de 2018

Migrantes, emigrantes e inmigrantes



En agosto se ha suscitado un debate en redes sociales por la supuesta avalancha de migrantes a las costas españolas y por el uso indistinto de las palabras migrantes, emigrantes e inmigrantes preguntando cuál sería la expresión correcta. Migrante es el uso más general. Según la RAE (Real Academia de la Lengua española) migrante es “el que migra”, el “que se traslada desde el lugar en que se habita a otro diferente” para establecerse en él. Emigrante se refiere a la persona que abandona su hogar; inmigrante, es esa persona pero cuando ya ha llegado a su nuevo destino para instalarse en él. Por lo tanto, los que vienen a Europa son migrantes; emigrantes en sus países de origen e inmigrantes en sus países de destino. A su vez, migrante, emigrante e inmigrante no pueden confundirse con refugiado: este es la persona que huye de una guerra ó de una persecución política y busca refugio ó asilo fuera de su país.

Este verano las costas de España e Italia cercanas a África se han visto inundadas de cayucos, pequeñas embarcaciones de madera ó neumáticas con migrantes a bordo que buscan llegar a Europa a través del Mediterráneo. En España, algunas son rescatadas en el mar por Salvamento Marítimo, la Armada ó la Guardia Civil. Les salvan de un naufragio y de morir ahogados al capricho de las olas. Otras llegan a tierra desde el mar para asombro de transeúntes, bañistas y turistas.

Con estas acciones los migrantes buscan un mejor porvenir. Huyen de la miseria, del hambre, del paro y de las precarias condiciones laborales en sus países de origen. Se juegan la vida esperando encontrar un presente y un futuro que haga más llevadera su vida, poder tener una familia y buscar la felicidad en Europa, esa felicidad que su país de nacimiento les ha negado por una u otra circunstancia.

A principios de este periodo estival un barco, el Aquarius, recogió en el mar a cientos de emigrantes frente a las costas de Italia. Navegando sin rumbo esperando un puerto de acogida, fue el Gobierno español de Pedro Sánchez quien dispuso que ese fuese el de Valencia. Todos los gobiernos europeos lo aplaudieron, pero ninguno de ellos buscó otra solución. Para algunos políticos esto produjo un efecto llamada por lo que los migrantes ven en España su tierra prometida.

Con el aumento de la migración ilegal para llegar a España por mar se produjo una crisis migratoria entre los países de la CEE. Jean-Claude Juncker – Presidente de la Comisión Europea – manifestó en una carta en respuesta de otra que le mandó Pedro Sánchez – Presidente del Gobierno de España – que “comparto la sensación de urgencia” añadiendo que “los recursos son limitados” ya que la concesión de fondos para frenar la masiva llegada de migrantes desde las costas de Marruecos está supeditada a una derrama financiera entre los socios de la UE que tardará en aprobarse, si se aprueba.

Conviene aquí saber a qué nos referimos con la masiva llegada de migrantes porque depende de quien lo diga son miles ó millones. La diferencia de valoración es obvia. Francesca Friz-Prguda, representante de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en España, dijo el pasado 16 de agosto que las llegadas de inmigrantes ilegales por mar a España en 2018 son, hasta ese mes, de 27.000.- personas. Comparadas con los datos del INE con las del año 2017, 25.251.- y 14.558.- en 2016, es una cifra en aumento.

Lo cierto y verdad es que hay que buscar soluciones y emprender acciones colectivas desde la UE sin aceptar la negativa unilateral de Italia y Malta de negar la entrada a los inmigrantes, ni la permisividad del Gobierno español con lo contrario. Marruecos tiene que colaborar más y mejor, aunque ahora estén más preocupados con la evolución de la salud de su líder y este desgobierno lo aprovechen las mafias para moverse a sus anchas.

Es necesario promover acuerdos bilaterales con la UE para que los países de origen de donde parten los flujos migratorios emprendan acciones para desarrollar las posibilidades laborales y económicas sobre el terreno con sus recursos naturales. Es fundamental “enseñarles a pescar”, aplicando el sabio proverbio chino que reza que “regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de la vida”.  Que así sea.



Este artículo se ha publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press

lunes, 3 de septiembre de 2018

Cómo sobrevivir a la picadura de un pez araña



Los que tenemos la suerte de disfrutar del mar casi todos los días del año sabemos que observarlo es una maravilla, cada día se viste de un color diferente, con sus vientos, sus olas y su horizonte allá a lo lejos. Disfrutarlo con el baño, el buceo ó navegando sobre sus aguas, es otro gran placer. Aunque como medio natural al aire libre, no está exento de riesgos, por insignificantes que estos sean ó parezcan serlo.


Y uno de estos pequeños riesgos me ha tocado a mí esta mañana. Al salir del baño en la playa con un mar revuelto, en la orilla me ha picado un pez araña. Pequeño porque suele tener entre 15 y 50 cm. También se le conoce como pez escorpión, pez víbora ó pez dragón. No por su tamaño, insisto. Su picadura es muy dolorosa. Suele estar enterrado en la arena en la orilla. Tiene el cuerpo alargado, con boca y cabeza de gran tamaño inclinada hacia arriba. Se encuentra en el mar Mediterráneo y en el océano Atlántico.

Ante la posibilidad de que se le pise ó ante sus depredadores tiene un sistema defensivo que consiste en glándulas productoras de veneno situadas en las espinas de su aleta dorsal y en el aguijón del opérculo (zona redondeada que cierra las branquias).


Cuando un pez araña te pica sufres un gran dolor y notas cómo - poco a poco - su veneno produce el hinchazón del miembro que ha sufrido la picadura. En mi caso, el pie izquierdo. Con el paso del tiempo el veneno empieza a expandirse - en este caso - por la pierna. Puede producir cianosis, coloración de la piel: sonrojada, en mi caso. También puede producir picor, pérdida de sensibilidad, mareo, dolor de cabeza y calambres musculares. Según los casos y la gravedad de la picadura, sus efectos puede durar unos días ó incluso meses. No todas las picaduras son iguales y es peor para las personas con alergias.

Lo primero que hay que hacer es atender la herida inmediatamente después de la picadura, solicitar ayuda al servicio de los vigilantes de la playa ó acudir al centro de salud más cercano. Esto último es lo que he hecho yo. Cuanto antes se atienda la picadura, sus efectos son menores. En dicho Centro lo primero que me han hecho es poner mi pie izquierdo en agua muy caliente (alrededor de 45 º) durante un largo periodo de tiempo en función del dolor y del alivio que produzca esta acción; el calor anula los efectos del veneno. En otros casos, si no se puede introducir el lugar de la picadura en agua, se ponen compresas, vendas ó trapos calientes sobre ella. El ATS ó el médico de guardia observará si la aguja está clavada en la parte afectada y en caso afirmativo la sacará con el instrumental adecuado para esto. El facultativo de ese centro de salud u hospital indicará la pomada que se ha de aplicar en la picadura y las medicinas que se han de tomar en cada caso.


La única manera de evitarlo es ir a la playa con escarpines de goma ó sandalias que se puedan meter en el agua. A este pececillo no lo ves por lo que tampoco puedes evitar pisarlo. Por lo tanto ya sabes, prevenir es mejor que curar, según dice el refrán popular.


sábado, 1 de septiembre de 2018

El Giraldilla, velero de Don Juan de Borbón


Una de las aficiones de Don Juan de Borbón, heredadas de su padre el rey Alfonso XIII, fue su amor y su pasión por la mar y la navegación a vela. Uno como el otro navegó allende los mares en diversas embarcaciones.


Después del Saltillo, un velero de 26,25 metros de eslora que le cedió Juan March a Don Juan de Borbón en 1946 para uso y disfrute del Conde de Barcelona desde Cascais (Portugal), un grupo de amigos le regalaron un nuevo velero. Llamado inicialmente Giralda, en recuerdo del buque real que tuvo el rey Alfonso XIII con este nombre, era una "yola" de 15,88 metros de eslora, de dos mástiles, el segundo situado a popa detrás de la rueda del timón, diseñado por Sparkman & Stephens y botado en 1963 en Dinamarca.

Sin embargo, un grupo de monárquicos españoles consideraron que era un velero pequeño para un rey en el exilio por lo que compraron y le regalaron otro más grande y más confortable al que llamaron Giralda (sin diminutivo) y la "yola" de regatas lo llamaron Giraldilla.


Don Juan navegó en el Giraldilla durante los años de 1963 a 1971, posteriormente se lo vendió a Bernardo Arnoso, Manuel Lampique y Rodolfo Bay. Bernardo Arnoso fue compañero inseparable de Don Juan en las travesías en el Saltillo navegando por el Atlántico y por el Mediterráneo.


Después de pasar por varios propietarios, en el 2002 pasa a ser propiedad de la Fundación Hispania de barcos de época. Esta Fundación tiene como buque insignia el Hispania, velero que fue del rey Alfonso XIII. Después de restaurar el Giraldilla en los Arsenales de la Armada en Cartagena, expertos en carpintería de ribera, volvió a participar en regatas por el Mediterráneo a partir de 2004. Con la crisis financiera de hace unos años esta Fundación llegó a un acuerdo en 2010 con la Fundación Isla Ebusitana y se lo traspasó, fundación esta que también tiene barcos de época y que participa en actividades náuticas. La actual propietaria del Giraldilla es María del Valle De la Riva (viuda de Pedro Bores) con base en el Club Náutico Puerto Sherry, apasionada de las regatas de los veleros de época y clásicos.


Como en otras ediciones, el Giraldilla participa de la regata de la XV Copa del Rey Repsol de barcos de Época 2018 en Mahón al mando de Tito Galnares. En la jornada final de hoy tiene a bordo un invitado de excepción, el rey Felipe VI, muy aficionado a la vela como su padre el rey (emérito) Juan Carlos I, siguiendo la tradición familiar de la afición a este deporte.



En esta edición de la Copa del Rey compiten cuarenta y cinco embarcaciones de diez naciones.

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