Por fin, el cielo azul. Por fin la luz clara, limpia y brillante, característica de la provincia de Alicante (España). Por fin se recortan sobre el cielo azul las palmeras, las cúpulas y los campanarios de las iglesias, las chimeneas, las tejas de los tejados. Por fin los azulejos y las paredes blancas brillan a la luz. Por fin unos días sin nubes grises.
Aunque es bueno que llueva en esta tierra sedienta, con tantas largas sequías, unos días de sosiego climatológico son de agradecer. Porque ¡ menudo invierno !. No hay tregua. Si no es la nieve en las montañas, es la lluvia, si no el viento, si no una tempestad en el mar. Y cuando el cielo se limpia de nubes, salvo algunas despistadas que pastan por el aire, al sol le sonríe la cara. Y aunque el poeta cantó que el cielo ni es cielo ni es azul. Para mí ahí está. Sí es cielo y sí es azul. ¡Y que cielo y qué azul!.
Cielo y Azul que se confunden con el mar. Cielo y Azul que vuelven a ser inspiración de tantos cantos, de tantos cuadros, escritos, poesías. Cielo y Azul que esculpen tantas miradas, que visten tantas pasiones. Cielo y Azul que nos acompañan en estas mañanas en las que la vista se alza al son de las campanas que adornan el aire por encima de azoteas y tejados.
1 comentario:
Estamos mal acostumbrados y vivimos en una eterna contradicción (al fin y al cabo somos humanos), nos encanta ver nuestros montes verdes (por lo que ha llovido), pero echamos de menos el sol.
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