Donde ayer hubo puestos de flores, frutas, verduras, pescadería, carnicería, ultramarinos, hoy hay cafeterías, restaurantes, una tienda de flores y otra de El Corte Inglés, con un espacio abierto para diversos actos culturales junto a una cascada con una lámina de agua. Si el mercado se hizo entonces por presiones vecinales, su restauración y nuevos usos también lo fueron. El Mercado de Colón de Valencia, de arte modernista, es el protagonista de esta historia.
A finales del s.XIX y principios del XX, en la zona del Ensanche de la ciudad de Valencia se admite la necesidad de un mercado para el abastecimiento de los nuevos vecinos. Por acuerdo municipal de la Comisión del Ensanche el 17 de julio de 1904 se encarga a Francisco Mora, Arquitecto Jefe del Ensanche, el estudio del emplazamiento para construir un mercado. Después de varias consultas con diversos órganos municipales y de ponerse de acuerdo en el emplazamiento, el 17 de abril de 1913 Francisco Mora presenta el Proyecto de Mercado en las calles Ciscar, Filipinas y Cirilo Amorós.
El 17 de mayo del mismo año la Comisión de Mercados dio su visto bueno al Proyecto mencionado. El 10 de septiembre de 1913 la Comisión Especial del Ensanche acuerda la asignación del coste de las obras en 535.563,77.- pesetas, siendo aprobado por Francisco Banquells Arañó, Alcalde accidental, el 15 de septiembre de 1913. Después de la presentación de presupuestos en concurso público por diversas personas, se adjudica la obra a Ramón Ferrer Galiana, quien inicia las obras el 27 de agosto de 1914, siendo Francisco Maestre Alcalde de Valencia. Se retrasó la finalización de la obra por la I Guerra Mundial y la falta de material metálico para la estructura. Terminadas las obras de construcción, se firma el Acta de recepción provisional el 22 de diciembre de 1916. El 29 de diciembre de 1917, junto el Acta de recepción definitiva, Francisco Mora presenta un informe y valoración de la obra en 909.081,93.- pesetas. En abril de 2002 y durante dos años se hace la restauración de este Mercado durante con un presupuesto de 33 millones de euros.
Fue novedosa su construcción al edificarse con una estructura abierta, con carácter diáfano, con mucha luminosidad. Un esqueleto metálico, elevando los techos en una esbelta figura. Su verticalidad la escalan unos estilizados arcos ojivales que soportan un tejado a dos aguas que se desliza por ellos. Bajo este, una galería de arcos, finas columnas y espacios libres por donde corre el tiempo, el sonido lejano del mercado, las conversaciones de los vecinos de ayer y de hoy.
Esta estructura metálica sobre pilares de fundición está enmarcada por dos testeros de ladrillo, perforados por arcos, utilizando diversos materiales ornamentales, destacando la piedra y el mosaico. Son los motivos de la naturaleza los que influyen en la decoración del arte modernista de este emblemático edificio. Predominan los motivos florales, junto con la exaltación de los productos de la huerta en grandes mosaicos. En sus fachadas destacan las curvas y la redondeces de algunos motivos decorativos, junto con pequeñas cerámicas de colores que cambian de color con la luminosidad del día. Un espectáculo urbano y arquitectónico digno de disfrutarse mientras los ojos se enamoran de tan precioso edificio.
web de Ayuntamiento de Valencia: http://www.valencia.es/
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