Cuando son los dedos los que bailan, los que brincan, los que saltan. Cuando son los que acarician las cuerdas y las teclas del instrumento, también los tambores. Cuando es la música la que canta, la que recita, la que narra, la que apasiona. Cuando es el público el que aplaude, el que disfruta, el que tararea. Cuando es el músico el que transmite, el que motiva con su arte, el que saca de su instrumento la mejor melodía. Cuando el auditorio está lleno a rebosar y son las notas de la partitura quien lo envuelve y lo empapa con el sonido de su música. Cuando emocionan a los que, sentados en una butaca, escuchamos encantados. Cuando todo esto pasa es que disfrutamos de la música de este grupo de Jazz Fusión. Urban Life en concierto, el pasado 12 de marzo en el Auditorio Adoc de Elda.
Invitado por Indalecio Tortosa. Fue su hermano Jesús quien le animó a aprender música con él en la banda de Elda. Sus ojos y sus oídos de niño fueron creciendo con sus buenas sensaciones musicales. Se aficionó con los instrumentos de percusión. Se entusiasmó con los instrumentos de viento, como el trombón. Se especializó con el piano y con él empezó a amar la música, naciendo en él un entusiasmo que nunca antes había percibido con otra disciplina.
Inda, como le llaman el resto de sus compañeros de Urban Life: José Carlos Luján (saxo tenor), Pepe Marquina (bajo), Javier Mejías (guitarra) y Jesús Molina (batería). Todos ellos, nos hicieron pasar un buen rato con su Jazz Fusión porque, según sus propias palabras, “el Grupo nació con la sana aspiración de disfrutar de la música que siempre nos ha gustado oír y de experimentar en el campo de la improvisación”.
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