Hoy todo se mide en
clave electoral. Los gestos, las maneras, la forma de hacer las cosas, las
decisiones, están encaminadas a mantener la imagen que cada partido quiere
mostrar a su electorado.
Tanto el Partido
Popular como Ciudadanos afirman que la convocatoria de elecciones generales
anticipadas se debe a su presión parlamentaria y política - y seguro que
también es así - y no sólo a la falta de apoyos a los Presupuestos Generales
del Estado por los partidos políticos que votaron a favor de la investidura de
Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno.
En todos hay mucha
incertidumbre por el resultado de estas elecciones generales y prisas en captar
la atención del electorado.
Sorprende ver lo
mal que han emprendido los partidos políticos la precampaña electoral para el
28 de abril. Tanto presionar para tener elecciones generales anticipadas y
luego todo es pura improvisación, o eso parece. Propuestas manifestadas por
Casado, que luego matiza el PP a través de sus portavoces, para terminar
diciendo que es una noticia falsa tergiversada por algunos medios de
comunicación. Manifestaciones de Rivera proponiendo un Gobierno de Coalición
con el PP cuando aún no se ha votado. Casado tomó enseguida el guante,
divertido y risueño - Rivera se lo puso en bandeja - y le ofreció la cartera de
Exteriores, claro que desde Ciudadanos le dijeron que el Presidente del
Gobierno será Albert Rivera y este quien ofrecerá al PP algunos Ministerios.
Abascal pidiendo legislar la posibilidad del uso de armas para que cualquiera
pueda utilizarlas cuando crea conveniente para salvaguardar su seguridad en su
casa. Iceta sugiriendo un referendum de independencia pactado en Cataluña, un
despropósito que enseguida desmintió Ábalos. E Iglesias, desaparecido en
combate, con todo el derecho del mundo por su permiso de paternidad, pero con
un problema de liderazgo en su partido.
El centro derecha y
la derecha española están muy nerviosos, derechizando ambos sus propuestas ante
la irrupción de VOX. Se olvidan que en España las elecciones generales las
ganan aquellos partidos políticos que están más cerca del centro electoral. Es
cierto que con Podemos y con VOX, los extremos tiran a sus lados con mucha
fuerza, aunque actualmente más el segundo que el primero.
Más nervios hay en
Podemos. Las encuestas ya los sitúan en la quinta fuerza política después de
VOX. Esto es debido a malas tácticas y nula estrategia. Y a la falta de
credibilidad de su líder. Se echa de menos a ese Pablo Iglesias que preconizaba
ser un líder que vive cerca de sus vecinos, en un piso de 90 m2, que compra el
pan y el periódico en un comercio del barrio, que es uno de ellos,… Todo se derrumba
con la compra de su mansión, con su exigencia de escolta permanente, con la
reivindicación de sus nuevos privilegios como parlamentario, etc. Ya no es
quien era, por algo será que se ha quedado solo, ya no le acompañan quienes
lideraron con él la composición de Podemos después del 15M.
Por su parte,
Sánchez se ve ganador, holgadamente. En cada encuesta, suma un poco más.
Favorece al PSOE el efecto Moncloa, la caída en la estimación de votos de
Podemos y que Ciudadanos parece que se desinfla por su derechización y por su
expresa negativa a apoyar a un supuesto Gobierno de Pedro Sánchez después de
las elecciones generales.
Unos y otros tienen
que ir a ganar las elecciones generales. Han de tener un único objetivo:
gobernar España con una base sólida, con una mayoría clara y contundente que
nadie cuestione. Es la única manera de tener éxito y su mejor resultado. Porque
si no vas a por todo, ¿para qué vas?.
Este artículo se ha publicado con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press.
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