A media mañana necesitamos de un café después del madrugón laboral. A
veces también de uno de esos bollitos que hacen tan ricos en el horno Rafelet
de la calle San Francisco, ó de los churros del bar Santa Faz en la calle Mayor
ó del chocolate Valor de la Explanada, … En busca de ese café en Volanu, uno de
los bares de la calle Rafael Altamira, tenían puesta una melodía en la radio de
la cafetería. Me resultó familiar. Era la de “Crónicas de un pueblo”, una serie
de televisión de una España en blanco y negro en la que contaban las
experiencias cotidianas desde un pueblecito de nombre ficticio: Puebla Nueva
del Rey Sancho, aunque las imágenes eran del pueblo madrileño de Santorcaz. Fue
dirigida por Antonio Mercero para TVE, y emitida en España de 1971 a 1974.
El alcalde, la maestra, el cartero, el cura, el cabo de la Guardia
Civil, los niños correteando por aquí y por allá cuando no estaban en la
escuela, ... Y los ancianos, los sabios del lugar, los que todo lo saben, hasta
cuando va a llover sólo con mirar el cielo coincidiendo con su dolor del reuma.
En ese pueblo, como en tantos otros, hay un pilón alargado donde los
jubilados se sientan para ver pasar las horas, además del tránsito rodado y del
humano. Nada se les escapa, pendientes de cualquier detalle, de cualquier
gesto, de las palabras que parece que se las lleva el viento pero que antes
pasan cerca de ellos para estar enterados de todo. Los he visto en Monforte del
Cid, en Ocaña, en Valor, … Y he hablado con algunos de ellos. Los de este
último pueblo, en la Alpujarra granadina, nos abordaron primero preguntando el
nombre de mis hijos para decirnos después los suyos: Miguel, Gabriel y Rafael,
nombres de arcángeles, de lo que estaban muy orgullosos. Nos invitaron a
debatir su tema de ese día. Discutían entre ellos, aunque todos decían lo
mismo, cada uno a su manera. No estaban de acuerdo que a Barack Obama le dieran
el Premio Nobel de la Paz con tampoco tiempo en el cargo de Presidente de EEUU.
Tomó posesión de sus funciones como Presidente el 20 de enero de 2009 y le
concedieron dicho reconocimiento en octubre del mismo año “por sus esfuerzos
diplomáticos en pro del desarme nuclear, la consecución de un acuerdo de paz en
Oriente Medio y el fomento de la lucha contra el cambio climático”. Ya ven, hay
gente para todo. Opinar es libre siempre que respetes y no ofendas al
contrario.
El pueblo español tiene muchas crónicas que contar todos los días. De
todo tipo. De temas conflictivos, de fútbol, política ó religión que son temas
tabú si no quieres terminar discutiendo. Como cuando se debate sobre fútbol
entre apasionados de equipos eternamente rivales como el Real Madrid y el
Fútbol Club Barcelona; ó cuando se habla de política entre personas de
ideologías frontalmente opuestas, parece que están a punto de llegar a las
manos y, después de la discusión, se les ve tan campantes con una copa de vino
jugando al dominó; ó de religión, casi na, entre el ateo y el cristiano
practicante, aunque luego comulgan los dos en misa que en los pueblos hay que
guardar las apariencias.
Por cierto, la melodía de “Crónicas de un pueblo” no era original del
programa, como entonces pensábamos la mayoría. Su origen está en la canción de
los años 60 titulada “I could easily fall (In love with you)” del grupo The
Shandows, editada por Norrie Paramor.
También fue la melodía del programa de radio “Protagonistas” de Luís
del Olmo. Con su propio lema: “Aquí está Protagonistas, con la gente y la radio
del pueblo …”.
Ya ven lo que da de sí el recuerdo de una melodía. Y más que podría contarle,
pero eso será en otro artículo, si a usted le parece bien.
Este artículo lo publiqué con anterioridad en mi columna de opinión del periódico Alicante Press.
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